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Callejón sin salida

Magnífico [«Higinio Polo»:http://www.lainsignia.org/2005/julio/int_002.htm], «La Unión Europea, en el callejón (sin salida) neoliberal».

El ejército de comentaristas que en estas semanas alecciona a los ciudadanos desde los medios de comunicación insiste ahora en una lectura equivocada de las consecuencias del rechazo francés y holandés a la Constitución y del fracaso de la cumbre de Bruselas. Tony Blair, el socialdemócrata convertido en ariete neoliberal, afirma que hacen falta «dirigentes que conecten con los ciudadanos», en un desvergonzado ejercicio de equilibrista que oculta que él mismo desoyó la unánime opinión de los británicos que se oponían a la guerra e invasión de Irak, por ejemplo. Como ha ignorado hasta ahora los justificados temores de los ciudadanos británicos ante la degradación de sus condiciones de vida. Por su parte, Chirac y Schröder, intentan resistir la acometida de Blair diciéndonos las verdades del porquero: que el primer ministro británico apenas desea algo más que un gran mercado europeo, lejos de las propuestas unificadoras que han sido alimentados en los últimos años desde París o Berlín.
Pero todos los protagonistas de la disputa procuraban ignorar la evidencia que recorre Europa: el desencanto, la frustración, el rechazo por los ciudadanos a la deriva neoliberal de la Unión Europea, tanto en la versión más moderada de Chirac y Schröder como en la más descarnada de Tony Blair. Esa realidad ya se puso de manifiesto cuando Blair exigió a sus socios europeos, y obtuvo, la reducción de derechos sociales contemplados en el texto del Tratado. Sin embargo, la desfachatez de Blair ha llegado tan lejos que ha utilizado precisamente las consecuencias de la política neoliberal impulsada hasta ahora en Europa (hay más de veinte millones de parados en la Unión) para reclamar ¡más medidas neoliberales! Esa flagrante contradicción no arredra a un curtido político experto en mentir con soltura ante las cámaras de televisión. El demagógico recurso de Blair a la necesidad de mayores inversiones en investigación y desarrollo, en nuevas tecnologías, es apenas el velo con que pretende ocultar su apuesta por una Europa mercantil, con sindicatos cautivos, con condiciones de trabajo precarias, con facilidades para las empresas y grilletes para los trabajadores. No es una frase retórica: el mismo Blair, que tras el referéndum francés y holandés ha paralizado el debate sobre el Tratado constitucional sin contar con la opinión de sus colegas europeos, está siendo ayudado en ese empeño por los reclamos neoliberales de los sectores más conservadores de Europa: desde The Times y la Liga Norte italiana, que especulan con la desaparición del euro, hasta los que llegan de círculos empresariales que reclaman un gran mercado y una dura regresión de los derechos sociales y de los salarios de los trabajadores europeos para, supuestamente, «hacer frente a la globalización». No es ninguna casualidad que Blair haya sido elogiado por su propia oposición, el Partido Conservador británico, heredera del monetarismo y de la mano dura de Margaret Tatcher.

1 comentario en «Callejón sin salida»

  1. SALUDOS DESDE EL CARIBE. ESTA PÁGINA LA ENCONTRÉ EN LA DE VEGEVE.
    TODA ESTA ARMAZÓN NEOLIBERAL SE TEJE EN NOMBRE DE LA SACROSANTA «DEMOCRACIA», PALABRA CUYO ORIEGEN ETIMOLÓGICO VIENE DE PUEBLO. ¿?…. hASTA PRONTO

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