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La buena muerte

Es algo que le va pasar a todo el mundo y afortunada o desafortunadamente a muchos acompañado de un gran sufrimiento. Pero vista la poca importancia que tiene la eutanasia en los programas políticos, o peor aún, en las esperables agendas políticas de los grandes partidos, pareciera que todos fuéramos inmortales.
Y es un hecho. Cada vez vivimos más años y tenemos una mayor seguridad, ergo cada vez tenemos más papeletas para que nos toque alguna enfermedad que nos hará morir de manera larga y dolorosa.
Pudiendo elegir que nuestro sufrimiento se acortase llegado el momento, parece que nos cuesta admitir esa realidad. No deja de ser raro, porque a casi todo el mundo llegada una cierta edad, se nos empiezan a morir familiares, amigos y conocidos. Casi todos tenemos ya la primicia de lo doloroso que es morir de cáncer o de daño cerebral irreversible o de una enfermedad degenerativa en fase avanzada, y de lo bueno que sería acabar de una manera digna, rápida e indolora cuando la esperanza médica se ha desvanecido.
Ya me diréis que iba tardando, pero creo que la religión y la cultura judeocristiana nos tiene emponzoñados. No tenemos a la muerte en un concepto natural, como una fase más de la existencia, su final. La muerte se ha acabado convirtiendo en algo antinatural, que se obvia, se olvida, se aleja y por supuesto se disfraza con bonitos cuentos de hadas salpicados de ángeles. No se prepara la muerte y no se puede elegir la muerte. Los que la quieren elegir son mirados de reojo, como bichos raros, no son normales, se quieren morir.
Y por eso acabamos en la cama de un hospital, donde administrar una buena muerte sería tan fácil, pero acabamos sufriendo. Con mucha, poca o ninguna ayuda por parte de médicos buenos, regulares o malos, que independientemente de su bondad tienen en común una cosa, creen que la muerte no es parte de su oficio. Con mucha mucha suerte lo máximo que se podrá conseguir es una aceleración, mirando a otro lado, de una mala o malísima muerte, casi nunca buena.
In memoriam

2 comentarios en «La buena muerte»

  1. Sólo comentar, que ya en algunas comunidades se puede hacer a priori la declaración de últimas voluntades donde puedes indicar algunas medidas de cuidados paliativos y sobre todo, evitar lo que está pasando en Madrid donde a causa de unas demandas, los médicos no quieren aplicar dichos cuidados paliativos que evitan el sufrimiento en estados terminales. Saludos.

  2. Es curioso pero lo unico que puedo pedir, es que nos parezcamos a los animales, pues en estado terminal son los únicos que tienen la gran suerte de que les pongan un chute y se vayan dulcemente y sin dolores. Lo triste es que los que pedimos parecernos en ese aspecto a los animales, estamos gobernados por verdaderas bestias.

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