Llegamos a la manifestación tarde. No había sido buena idea coger el metro. Estaba demasiado lleno. La sensación era rara desde el principio. En el metro, la presencia de adolescentes en ambiente festivo empezó a cabrearnos, ¿no era esto una manifestación de dolor y luto por las víctimas?
Una vez en la calle vimos desconsolados que la manifestación no era tal, era una marea de gente avanzando junta pero sin ningún propósito claro. Muchos, como nosotros, intentaban mantener el silencio, el luto, el respeto por las víctimas. Otros manifestaban su rabia gritando al cielo, “mano dura, ¡joder!” o “pena de muerte ya”. Pero muchos jóvenes, coreaban consignas que poco a poco iban tomando un tono festivo nefasto, “oh no ETA no” al ritmo de Kalinka, “que viva España” a ritmo de pasoboble, “un vote, dos votes, etarra el que no vote”, “Otegui cabrón súbete al vagón”, “no está lloviendo es que Madrid llora”, “ignorantes, eran estudiantes”, y muchas más que se me han olvidado.
El propósito inicial de manifestarse en memoria de las víctimas se estaba truncando porque mucha gente deseaba protestar, pero en realidad no estaban seguros de contra quién protestar. Aunque ETA y Al-Qaida sean grupos terroristas igual de execrables, “los dos son mierda, pero no son la misma mierda”.
¿Y si ha sido Al-Qaida? Esa pregunta rondaba la cabeza de mucha gente. Si ha sido Al-Qaida, es consecuencia directa de la atroz política del PP y, por lo tanto, es su culpa. ¿Y si lo saben y no lo han dicho por las elecciones? Esto también rondaba por todas las cabezas.
Todas estas dudas volaban por La Castellana y se mezclaba con la lluvia, haciendo que la manifestación fuera más y más confusa, avanzando sin un propósito claro. Esta sensación de estar siendo utilizado se iba haciendo más y más fuerte.
Al llegar a Atocha, la multitud se dispersaba directamente, excepto pequeños grupos que ondeaban banderas de España. Un hombre, fuera de sí, gritaba a los manifestantes ”¡hijos de puta!, mi mujer murió ahí ayer” y agarrando una de usas banderas repetía a la gente ”¡sois unos hijos de puta!
Sólo vi una imagen que me alivió: dos mujeres, ya mayores, llegaron a la glorieta de Atocha se pararon y musitaron “descansen en paz” y se fueron caminando lentamente.
Gracias por estas reflexiones.