Declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en referencia al estreno de la obra de teatro “me cago en Dios” (enlace):
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dirigía ayer al presidente del Círculo de Bellas Artes, Juan Miguel Hernández León, una carta en la que manifiesta «su sorpresa e indignación» por el estreno de la obra «Me cago en Dios», de Íñigo Ramírez de Haro, «cuyo título es marcadamente hiriente e insultante para una inmensa mayoría de madrileños». Aguirre le ha pedido a su consejero de Cultura y Deportes, Santiago Fisas, que se reúna hoy mismo con los responsables del Círculo para «desde el respeto a la lógica iniciativa» del centro cultural madrileño poder «adecuar nuestra participación para evitar incidentes como éste» en el futuro.
El consejero de Cultura y Deportes añade:
“Nos encontramos con una situación desagradable ante la que no podemos hacer la vista gorda. Más allá de las creencias de cada cual, nos parece que la obra molesta. Mañana me reuniré con los responsables del Círculo para ver qué se puede hacer en adelante, siempre ateniéndonos a los estatutos. No se trata de retirar la subvención, así como tampoco de controlar su programación. El caso es que hemos recibido muchas protestas y nos parece que una obra con ese título y contenido no se puede programar gracias a la subvención de las instituciones públicas que han sido elegidas por ciudadanos de las más diversas creencias, a los que hay que respetar.”
A ver si me he enterado. Recalcan ambos políticos que no desean controlar la programación del Círculo de Bellas Artes, sólo sería en el caso que las obras atenten contra las creencias de la mayoría de los madrileños. Esto es, dicho en otras palabras, censuraremos la programación según nuestros propios criterios.
¿Olvidan el derecho constitucional a comunicarse sin censura previa?
¿Cual será el baremo para saber si algo falta al respeto de los madrileños? Siendo el arte un asunto totalmente subjetivo, ¿qué criterios objetivos van a imponer?
Y si parte de la población se sintiera atacada por actos religiosos que se financian públicamente, ¿Se les quitaría la financiación y el apoyo logístico?
Si no se cuestiona el derecho a decir que se ama a Dios sobre toda las cosas, ¿por qué sí a decir que te cagas en Dios?
Actualización:
En declaraciones del autor Íñigo Ramírez de Haro en la Cadena Ser, se indica que la obra de teatro no está financiada por el Círculo de Bellas Artes. Sólo se le proporciana la sala.
Actualización II:
Declaraciones del autor:
“No he montado ningún escándalo, lo ha montado el clericalismo militante, esa España negra e inquisitorial que todavía existe. Es un problema de libertad de expresión en un país que constitucionalmente es laico” (…) “Soy escritor dice y utilizo el lenguaje de la calle, el habla popular. Y esa expresión se oye constantemente. Yo la he utilizado como podría haber utilizado cualquier otra” (…) “No me arrepiento ni avergüenzo de ser laico y ateo. Algún día, espero que este país lo sea también” (…) “El acuerdo con el Círculo era que si iba bien de público, y va bien, se prorrogaría, pero después de lo ocurrido no creo que sea así” (…) “lo he pagado de mi bolsillo. El Círculo se limita a prestar la sala para su representación”