La Iglesia católica española, representada por el Comité Ejecutivo del Episcopado, ha [«declarado»:http://www.abc.es/abc/pg040528/prensa/noticias/Sociedad/Religion/200405/28/NAC-SOC-088.asp] que «el Estado no es competente para establecer o ampliar legislaciones que eliminen vidas humanas». Declaraciones en referencia a la futura reforma de la Ley de Reproducción Asistida, que el gobierno quiere cambiar para ampliar los supuestos del aborto y para autorizar el uso de embriones con fines terapéuticos.
Deduzco de estas declaraciones que el Estado no es competente, pero la Iglesia sí. Interesante soberbia.
¿En que se basa la Iglesia para declarse competente?
¿Quizás en su larga historia de protección de vidas?
¿Quizás el ser una organización que adora a entes inexistentes?
La Iglesia debería ser sólo competente dentro de las decisiones que sus seguidores pueden o deben tomar. Y allá los que se califiquen como católicos practicantes.
El Estado sólo se encarga de establecer un mínimo común que garantice la convivencia entre ciudadanos. Esto es lo que no tiene que olvidar la Conferencia Episcopal en ningún momento: ellos no ostentan el monopolio moral sobre el total de la población española, sino sobre aquéllos que voluntariamente someten su razón a sus dogmas.
Por otro lado, ¿no hubo obispos –y algunos muy conservadores– que se proclamaron a favor de la normalización legal de las parejas homosexuales?
Ya me imagino a los obispos con el cilicio abriendoles una herida sangrante, azotandose las espaldas y de rodillas ante una imagen de Jesucristo, mientras dicen:
«Perdoname señor, he pecado de soberbia»
Señores Obispos, ay ay, que la soberbia es pecado capital.