Leo en «El País»:http://www.elpais.es/articuloCompleto.html?d_date=20040625&xref=20040625elpepisoc_10&type=Tes&anchor=elpporsoc que La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, ha aprobado ayer un documento en el que expone su postura sobre los cambios que se deben hacer en la Ley Orgánica de Universidades (LOU), sobretodo en la selección de los profesores.
En concreto, los rectores están en contra de la famosa «habilitación», un examen nacional por áreas necesario para poder ser profesor titular o catedrático que se instauró en la LOU.
No estoy muy informado sobre las maldades o bondades de la citada «habilitación», pero el sistema anterior era totalmente endogámico, llegando al increíble nivel del 95% (Según el cálculo publicado por Arcadio Navarro y Manuel Rivero en 2001 en la revista Nature). Esto significa que casi la totalidad de las plazas que se conceden en las Universidades españolas se dan a personas que tienen una relación profesional directa con los examinadores, en otras palabras, «a dedo».
Ésta endogamia hace que las Universidades españolas estén plagadas de profesores malos, pelotilleros, que imparten materias atrasadas y que hacen poca investigación o si la hacen es mediocre.
Organizaciones de científicos españoles, como la [«AACTE»:http://www.aacte.es] (Asociación para el Avance de la Ciencia y la Tecnología en España) propugnan por un cambio de la política científica que elimine la endogamia e introduzca transparencia en las contrataciones. Recomiendo la lectura de las «recomendaciones estratégicas»:http://www.cica.es/aliens/aacte/rree.html de la AACTE para los partidos políticos.
El gobierno de Zapatero debería hacer caso a la AACTE y cambiar el sistema científico español, pero si se deja influir por la Conferencia de Rectores veo pocos cambios en el horizonte.
La endogamia es un mal que afecta en España no sólo a la Universidad, sino al los colegios profesionales, a determinadas profesiones y a determinados colectivos que presumen de una serie de derechos o privilegios que se pasan de unos a otros, de padres a hijos o entre conocidos y amigos.
Este es el país del amiguismo.
Bueno, lo que ha hecho la LOU es crear un sistema de habilitación: en principio, bien. Lo que ocurre es que tiene tal complejidad que si alguien externo a la universidad desea «habilitarse» le supone tal esfuerzo burocrático que acaba desistiendo. Y solo tiene tiempo para habilitarse quien está ya en la dinámica de «pasillero» universitario, los mismos que se sacan las plazas por el anterior procedimiento.
en resumen, el resultado acaba siendo el mismo
Es lo que me imaginaba.