Aznar, Rajoy, Acebes y la nueva estrella invitada Martínez Pujalte, parece que están intentando rememorar las películas clásicas de los hermanos Marx, en una especie de adaptación de serie Z. El único inconveniente es que tras el enredo (pero zafio), tras la parte contratante de la primera parte («en falsete» desde Colombia), tras el camarero que entra en el camarote, tras la bocina, no nos reímos. No producen risa, no, lo único que dan es una mezcla de pena y asco. Pena por el patetismo de estos intentos de «escurrir el bulto» de sus mentiras del 11M. Asco por estar usando este trágico acontecimiento como plataforma política en momentos de marea baja.
¿No les queda ni siquiera un miligramo de vergüenza?