Si el vídeo Revolución de la libertad de la Fundación FAES me había dejado sin palabras, su último «éxito», «Tras la Masacre», me ha dejado estupefacto. Esto sí que es demagogia y novelar de la realidad. Siguiendo una estrategia a lo Pío Moa, toman frases y vídeos de «la izquierda» (se les nota que se han quedado con ganas de llamarlos «rojos»), los sacan de contexto, los incluyen en su relato fantástico y alucinado de la realidad, y se ponen en un pedestal de pureza, virtud, orgullo herido y bondad sin límites. Casi vomito.
La verdad es que no deja de tener un grado de patetismo muy acusado. Si se necesitan tantos cerebros juntos, tanto «think-tank» y tanta conferencia de líderes mundiales a precio de oro, para acabar produciendo vídeos que cualquier asociación cultural de pueblo podría mejorar, pues no sé, creo que deberían poner una churrería. Aznar con una bata blanca llena de aceite estaría hasta entrañable.
Es fuerte que sigan empecinados en una estrategia que solo produce asombro por su grado de alucinación y ausencia de sentido de la realidad.
La política da asco. Consiste en hacer todo lo posible para derribar al partido que está en el poder. Todo vale. Da igual quien caiga (aunque se derrumbe el suelo bajo los pies), desgraciados nosotros, se supone que los políticos deberían estar al servicio de la sociedad (toda). En vez de trabajar por intentar mejorala (incluso desde la oposición se puede, currar en ideas, en aportar alternativas, en crear leyes), lo único que hacen es dedicarse a la demolición. Su estrategia es destruir la confianza en la clase política. Que voten cuatro gatos, yo me lo guiso yo me lo como. Oligocracia. Los partidos son corporaciones. Y los votantes unos pringaos (eso es lo que consiguen que sintamos).
A los del bando de allí, el contenido del video les da igual que sea verdad o mentira, lo importante es echar al psoe. A los de aca, nos parece una escandalosa sarta de mentiras.
De que sirve esto entonces? Esto se parece cada vez más a un r que r orwelliano, no nos preocupemos, ya acataremos las mentiras grabadas como consignas (es curioso pero el PP esta empezando a emplear cierto métodos de las dictaduras comunistas y fascistas). Buen aparato de propaganda. De tanto buscar la «verdad» ya no sabemos que es eso.
Y fuera de este país, cualquier persona que vea eso y desconozca lo que pasó (y otras informaciones alternativas)se lo creerá a pies juntillas.
Somos como hormigas…