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¡Sapristi!

Las canciones y los lemas de la manifestación del 18-J. Para aquellos que al leerlos se crean que la cosa va de coña, no, lo he obtenido de las [«recomendaciones oficiales para los manifestantes»:http://www.noesigual.org/manifestacion/recorrido.php].
Tienen un toque entre trasñochado y casposo bastante inquietante.

Con la música de aquella canción de los 60 «no te quieres enterar ye, ye, ye ye, que te quiero de verdad»:
NO TE QUIERES ENTERAR, YE, YE, YE YÉ
QUE QUIERO PAPÁ Y MAMÁ YE…
Y QUE POR MUCHO, MUCHO QUE TE EMPEÑES,
NO PODRÁS CAMBIAR LA REALIDAD…

El matrimonio verdadero, no es un juego, Zapatero
Damos testimonio, el gay no es matrimonio.
No a la adulteración, de matrimonio y adopción.
No al desmadre, queremos madre y padre.
Lo natural es lo ideal
Si esto es matrimonio, yo me voy al manicomio
Las familias de verdad, queremos libertad
La familia de Verdad, un papá y una mamá
FAMILIA UNIDA ¡¡JAMAS SERÁ VENCIDA!!
ZAPATERO, TÚ SÓLO /DIALOGAS CON ZEROLO
QUÉ ALEGRÍA, SOMOS MAYORÍA!
¡PARA LEGISLAR, HAY QUE DIALOGAR!
NO A LA GUERRA… CONTRA LAS FAMILIAS.
Y LUEGO DIRÉIS QUE SOMOS CINCO O SEIS.

29 comentarios en «¡Sapristi!»

  1. Cualquier cosa menos aceptar que hay quien piensa diferente y que hasta tienen derecho a hacerlo ¿eh?¿Y los argumentos?
    Por cierto, antes de que alguien se confunda, no estoy completamente de acuerdo con lo que se defiende con esa manifestación. Sin embargo hago lo que debería ser normal: escuchar sus argumentaciones, contrastarlas con mis propias opiniones y, en definitiva, utilizar la dialéctica social para mi propio enriquecimiento intelectual.
    Lo que no puedo comprender es que por toda argumentación se utilice la reducción al absurdo de presentar unos eslóganes de manifestación, que son lo que son y tienen el valor que tienen en cualquier manifestación, como si eso fuese el verdadero argumentario en el que dicha manifestación se basa. Eso no es lógico.
    Detrás de ese movimiento, que insisto, no es el mío, hay argumentos más serios que son dignos de ser escuchados y de ser rebatidos con más seriedad. Claro que si se parte de la base de que simplemente todo esto es el delirio de frenopático de unos fachas homófobos.. pues, en fin… ¡viva la democracia y libre contraste de ideas!

  2. ja, ja, ja, me descojono.
    Lo natural es lo ideal, eso, los diluvios, los meteoritos, las erupciones volcánicas, y por que no, los michelines, la calvicie, la estupidez, todo muy natural, ideal de la muerte.
    La de que alegria somos mayoria es demasiado optimista.
    La ultima esta copiada y desgastada.
    etc etc uuuuuaaaaaaa que sueño, son poco originales estos chicos retrogrados.

  3. No creo que se necesiten excesivos argumentos, es una manifestación de organizaciones religiosas que intentan interferir con decisiones civiles usando razonamientos que atentan contra los derechos de las personas.
    Por mucho que lo quieran camuflar están en contra de que los homosexuales tengan una situción legal equiparable a la suya. Envidia y xenofobia.
    Y además son una banda de horteras que serán capaces de ir coreando por Madrid una versión mariana de la chica ye ye.

  4. «No creo que se necesiten excesivos argumentos». Claro. ¿para qué, verdad?
    «Es una manifestación de organizaciones religiosas». 1.- Falso. 2.- Ha recibido el apoyo de más de mil organizaciones, muy diversas entre ellas. 3.- Aunque fuesen religiosas ¿por qué eso habría de incapacitarlas para reivindicar lo que les venga en gana?
    «…intentan interferir con decisiones civiles…» ¿Estas organizaciones no son civiles?¿Dónde es que se concede el carnet de excelencia civil? Forman parte de la sociedad y, por tanto, tienen todo el derecho del mundo a tratar de influir en las decisiones legisltivas del Gobierno como cualquier otro colectivo. Si atendemos al número, ni que decir tiene que su legitimidad está muy por encima de la que puedan esgrimir los muy minoritarios colectivos gays que están a favor de esta ley de matrimonio homosexual (una parte de este colectivo tampoco está de acuerdo).
    «…usando argumentos que atentan contra los derechos de las personas…»
    1.-Es difícil que un argumento atente contra los derechos de las personas. 2.-En modo alguno realizan estos colectivos sociales peticiones que signifiquen la pérdida de derechos para nadie. 3.- Lo que defienden es que el bien jurídico que conocemos como matrimonio sólo es aplicable a un tipo de relación determinado que se da entre un hombre y una mujer. 4.- Argumentan que se trata de un bien jurídico más complejo que la mera relación sexual entre individuos y que está íntimamente relacionado con la procreación y la institución familiar. 5.- Si su argumentario pretende la negación de derechos, convendremos en que el mundo entero excepto una parte de la sociedad española y sus representantes políticos pretende lo mismo. Me parece un poco inmodesto, la verdad, preteder ser prácticamente los únicos «buenos» del mundo, pero allá cada uno. 6.-Lejos de ello, quienes se van a manifestar el proximo sábado, no se oponen a que se reconozcan determinados derechos a las parejas homosexuales (herencia, fiscalidad, pensiones, etc,…). Lo único a lo que aspiran es que esto se haga sin que este tipo de uniones se equipare al matrimonio, con lo cual se puede estar o no de acuerdo, pero que tampoco se puede decir que sea una aspiración como para enviarlos al manicomio. Varias países han regulado estos derechos sin hacer esta equiparación entre dos tipos de relación que son objetivamente disímiles, se quiera ver o no. 7.- También se opone a que las parejas de homosexuales puedan adoptar, lo cual también se debe poder defender sin que los expendedores de certificados de «auténticos demócratas» califiquen inmediatamente de fachas al personal. Es evidente que en la adopción a quien hay que proteger es al niño. Es el niño el que tiene derecho a unos padres, no los padres quienes tienen derecho a un niño. Y si se tiene la mínima honestidad intelectual se debe reconocer que los profesionales de la psicología y la pedagogía no se ponen de acuerdo sobre la influencia en los niños del hecho de ser criados por una pareja homosexual.Y habiendo la posibilidad de que esta influencia pueda ser negatva no deberían hacerse experimentos con niños. Por otra parte, es evidente que en la sociedad en que vivimos todavía hay una dificultad objetiva para los homosexuales y no se entiende que habiendo listas interminables de parejas que quieren adoptar se entregue al niño sabiendo que va a tener dificultades de todo tipo ¿O es que no se sabe que hay muchas posibilidades de que se conviertan en objeto de mofa en el colegio, por poner un ejemplo?¿Por qué hay que ponerlos en riesgo de que eso ocurra? ¿Para satisfacer a fulanita y fulanita o fulanito y fulanito que no pueden tener hijos propios no por una patología sino porque la Naturaleza dice que nanay?
    «Envidia y xenofobia». Claro, como no se necesita argumentar mucho, mejor decir bobadas. ¿Envidia?¿De qué?¿Xenofobia?Consúltese el Diccionario.
    «…son una banda de horteras…». Cada uno se retrata con los «argumentos» que utiliza. Ser hortera o elegante no tiene nada que ver con tener o no tener razón.
    Desde luego, si esta es la opinión alternativa… qué miedo. Sectarismo, prejuicios, antidialéctica y, sobre todo, muy poca querencia democrática: eso es lo que se puede apreciar en esta alternativa opinión. Es verdad, es una alternatva: una alternativa a la democracia, al libre contraste de ideas entre personas libres, una alternativa al esfuerzo dialéctico, una alternativa al matiz, una alternativa a la educación y al respeto. En definitiva, una alternativa totalitaria muy poco deseable.
    Hágame cambiar de opinión. Le reto. Deme unos cuantos argumentos que vayan más allá de decir que son unos fachas y unos horteras. Demuestre que es tan demócrata y valedor de los derechos de las personas como pretende. Proponga y no denigre. Saludos.

  5. Me llama la atención este párrafo:
    «Es evidente que en la adopción a quien hay que proteger es al niño. Es el niño el que tiene derecho a unos padres, no los padres quienes tienen derecho a un niño. Y si se tiene la mínima honestidad intelectual se debe reconocer que los profesionales de la psicología y la pedagogía no se ponen de acuerdo sobre la influencia en los niños del hecho de ser criados por una pareja homosexual.Y habiendo la posibilidad de que esta influencia pueda ser negatva no deberían hacerse experimentos con niños.»
    Con todo el respeto, usted habla de «posibilidad» y de «experimentos», y ambas cosas me parecen demagógicas. Siguiendo la misma línea, dado que la mayoría de niños maltratados, o casi todos, o incluso todos, provienen de parejas heterosexuales, y que eso no es una «posibilidad» sino un «hecho», ni un «experimento» sino un «resultado», deberíamos prohibir no ya la adopción sino el tener niños a cualquier pareja, ¿no? Incluso en el caso de heterosexuales, el tener un niño es un «experimento» con «posibilidad» de que la criatura salga perjudicada… que nadie nace sabiendo ser padre o madre, oiga. Lo malo de los «animales racionales» es que hemos eliminado el instinto casi por completo. Ah, y desde luego que este razonamiento es también demagógico.
    El adoptar no es cosa fácil ni rápida, ni siquiera para parejas heterosexuales. Antes se debe pasar por un durísimo proceso de selección y evaluación psicológica de los posibles progenitores para concederles la custodia de un niño huérfano. Pueden pasar meses o años (y de hecho pasan) hasta que se les concede. Los homosexuales tendrían que pasar por esas mismas pruebas, es más, seguramente tendrán menos posibilidades de adoptar precisamente por su orientación sexual. Ahora bien, si los evaluadores les consideran en un momento dado tan capacitados o más como una pareja heterosexual, ¿por qué no admitir que pueden? ¿Por miedo? ¿por desconocimiento? ¿por no saber qué va a pasar? Pues esas preguntas se pueden hacer igual para una pareja hetero… pero nadie se las hace, qué curioso.
    Saludos.

  6. “Ha recibido el apoyo de más de mil organizaciones, muy diversas entre ellas…”
    De las cuales 998 no movilizan a nadie y dos, a saber la Iglesia Católica y el Partido Popular tienen todo el peso específico de la protesta.
    Los mismos colectivos organizaron otras protestas que fueron realmente minoritarias. Sin el apoyo de la Iglesia y del PP, la protesta se quedaría en nada.
    El matrimonio es un derecho. Los manifestantes piden que este derecho no se aplique a un determinado grupo de ciudadanos, sus argumentos son que la unión de dos personas del mismo sexo no es matrimonio, porque una característica del matrimonio es que no puede hacerse entre personas del mismo sexo. ¿Por qué? Por razones morales, ergo religiosas. Por lo tanto, y aunque no lo digan abiertamente, piden que las leyes se rijan por preceptos religiosos.
    Envidia. Pues claro. Los homosexuales, ciudadanos que son considerados “parias” por parte de la sociedad (la parte de la sociedad que apoya la manifestación), han adquirido los mismos derechos que ellos creían exclusivos. Eso genera envidia, que como debías saber es la tristeza o pesar por el bien ajeno.
    Xenofobia también. Porque esa misma parte de la sociedad considera que los homosexuales son ajenos a su mundo y con poco disimulo los odian.
    Totalmente de acuerdo con el razonamiento de Otis sobre las adopciones.

  7. El odio a los gays se llama homofobia no xenofobia. Es vergonzoso que por la palabra MATRIMONIO, al menos eso ha sido la excusa para la manifestación (que no se lo creen ni ellos), se haya montado esto. No sería mejor que todos vivíesemos en paz, que hicíeramos lo que nos haga felices respetando siempre a los demás. No consigo entender que es lo que molesta de que la unión entre gays se llame matrimonio, ¿que se llama igual que la realizada en una iglesia entre un hombre y una mujer?, esto no implica que se acabe la iglesia ni que tengan que dejar de creer los católicos. Por favor un poco de coherencia en el tema de las adopciones, todos los violadores, asesinos, maltratadores, ladrones y demás delincuentes vienen de parejas haterosexuales, ¿puede haber peores desviaciones de personalidad que las mencionadas?. Que se reirán en el colegio de ellos ¿y qué? yo uso gafas y se reían de mí, no es comparable lo sé, pero los niños se burlan de cualquiera da igual el porqué, no necesitan motivos, ¿o es que ahora no se llegan a suicidar (por desgracia) debido al acoso en el colegio?
    ¿Que pensais que van a darle un niño a un par de reinonas?, admitamos que hay gays y gays, al igual que heteros y heteros. Un familiar mío trabaja en asuntos sociales en adopciones y las pruebas a los futuros padres son durísimas, os digo que a quién se los den, sean heteros o gays, serán personas formales, coherentes y sobre todos decentes, muy decentes.

  8. Es totalmente falso que llame de todo al autor de esta bitácora. Comprendo que hay una palabra, una, que puede no resultar muy placentera para el aludido, pero hago el esfuerzo de explicarla.
    Respecto a la Iglesia: ni soy católico ni trabajo para ella ni siquiera creo en Dios.
    Repito una vez más. Hay argumentos serios tras la manifestación con los cuales se puede estar o no de acuerdo pero que no es lógico despreciar con un simple «es cosa de fachas horteras». Quien así argumenta para mí es un fachaprogre.
    Respecto a la cuestión de las adopciones ya he dicho que hay dudas al respecto y que mientras estas no se aclaren deberíamos ser más cautos. El hecho de que exista la posibilidad de que una adopción en particular realizada por una pareja hetero pueda salir mal no invalida en modo alguno la categoría de «adopciones por parejas heterosexuales». Mezclar ambas cosas es un atentado a la lógica, además del sentido común. Mientras en un caso hablamos de casos particulares en el otro, el de las adopciones por parejas homosexuales, las dudas se plantean sobre su conjunto.
    En cualquier caso es de agradecer el esfuerzo argumentativo.
    Saludos.

  9. «El hecho de que exista la posibilidad de que una adopción en particular realizada por una pareja hetero pueda salir mal no invalida en modo alguno la categoría de “adopciones por parejas heterosexuales”. Mezclar ambas cosas es un atentado a la lógica, además del sentido común.»
    Exacto. Pero en el otro sentido también, que es lo que usted hace, basándose exclusivamente en posibilidades y conjeturas sobre algo que NO se ha producido. Y en el caso de las parejas heterosexuales, no hablo de posibilidades. Se han dado casos (más de uno y más de dos), luego hablo de hechos que SÍ se han producido. ¿O acaso la primera adopción que se hizo en la Historia (si hablamos exclusivamente desde que existe una regulación sobre el tema, porque no creo que haya datos desde el principio de los tiempos) no fue un experimento?
    «Mientras en un caso hablamos de casos particulares en el otro, el de las adopciones por parejas homosexuales, las dudas se plantean sobre su conjunto.»
    Y exclusivamente, insisto, en base a «no sabemos qué va a pasar, luego lo prohibimos por si acaso». Eso sí que me parece carente de toda lógica. Por la misma razón se debería haber prohibido la fecundación «in vitro». O, desde este mismo momento, prohibir cualquier ulterior adopción por parejas heterosexuales, porque tampoco sabemos si van a tratar y educar bien al niño en cuestión, y no es cuestión de experimentar con unos extraños, ¿no? Lo siento, pero su razonamiento puede aplicarse, con igual lógica y punto a punto, a cualquier pareja heterosexual que quiera adoptar. ¿O es que lo basa exclusivamente en el empirismo? Pues entonces la lógica no entra aquí para nada, sobre todo porque nadie le ha dado a una pareja homosexual la oportunidad de demostrar que pueden ser buenos padres (o madres).

  10. Te voy a poner un simil, el voto femenino. Con el matrimonio homosexual está pasando lo mismo, se descalifica desde posturas dogmáticas que por su propia naturaleza no tienen ninguna seriedad.
    Leyendo el manifiesto de la manifestación hay muchas exigencias pero podos argumentos, si alguno. Se remiten al proverbial banalización del matrimonio, ergo, consideran el matrimonio algo sagrado: «El matrimonio debe ser entre hombres y mujeres porque Dios los hizo hombre y mujer», porque «es lo natural», etc, etc.
    Argumentos «reales» cero.
    Después se escudan en las supuestas maldades de la futura adopción de niños por parejas homosexuales. En esto creo que Otis ha dado totalmente en el clavo.
    Yo no he dicho que sea cosa de fachas horteras en ningun momento, a ver si aprendemos a leer. He dicho que sus canciones y lemas me parecen una horterada, y lo mantengo. Por el momento el único que llama a la gente facha eres tu, pero sigue, que a mi me da igual.

  11. 1.-Nadie habla de prohibir, sino de no abrir una puerta mientras no exista algún tipo de seguridad que vaya más allá de lo que pretendan asociaciones que representan a cuatro pelagatos. Primero estudiar. Después concluir. Tercero consensuar. Cuarto legislar. Es que es de lo más elemental.
    2.-La cuestión del matrimonio. Se trata de que este bien jurídico tiene relevancia social, por eso ha sido considerado en las legislaciones desde tiempo inmemorial. En sociedades donde la homosexualidad tenía cierto prestigio, caso de la Grecia clásica, a nadie se le ocurrió legislar sobre una cuestión que sólo tiene relevancia individual.
    3.-Respecto a los presuntos derechos que se ganan con esta ley, podrían ser perfectamente garantizados con otro tipo de legislación que no equiparase una institución y otra, cuya relevancia social es completammente distinta.
    4.- El concepto fachaprogre es muy duro, lo reconozco, pero es que existe un muy amplio sector dentro de la progresía hispana que mantiene una actitud respecto a todo lo que se encuentra a su derecha que no puede ser calificado de otra forma. «Tono casposo y trasnochado preocupante», demostración, los lemas de una manifestación. Eso no es de recibo. Pero es que, además, existe un clima social en la izquierda que le resta toda legitimidad democrática a la derecha. En aras de este clima vale todo para denigrar toda postura cuyas raíces no se hundan en Marx, hablando de pensamiento trasnochado.
    5.-Hablando de no saber leer. Yo no he expuesto aquí mis opiniones sino que he defendido que tan legítimo es defender una cosa como otra; que tanta legitimidad tiene el Sr. Cerolo para tratar de influir en la actividad legislativa como la Iglesia o los convocantes de la manifestación del sábado; y que algunos de sus argumentos tiene mucha más enjundia de la que en esta página y en la izquierda en general se le concede y que no se pueden despreciar con un gesto displicente y un calificativo de dudoso gusto desde un presunta superioridad moral más que discutible. Hay que bajar a la arena y discutir y argumentar.
    .-Y POR ÚLTIMO: SÍ LO HA DICHO SIN NINGÚN MATIZ: «SON UNA BANDA DE HORTERAS»

  12. «-Nadie habla de prohibir, sino de no abrir una puerta mientras no exista algún tipo de seguridad que vaya más allá de lo que pretendan asociaciones que representan a cuatro pelagatos.»
    Eso, en mi pueblo, es prohibir. Y esas asociaciones representan a bastantes más que cuatro «pelagatos» (luego son los demás los que descalifican, según usted, ¿no?). Igual es que es más sensato hacer caso a una asociación que representa a mucha más gente (vale), pero que como dice Junjan basa su razón de ser en la adoración a un ente cuya existencia nunca se ha probado. Y se lo dice quien estuvo ocho años en un colegio de curas y justamente allí perdió la fe. Pos vale.
    ¿Y quién determina esa «seguridad» que menciona? ¿La iglesia o los legisladores? ¿Y cómo se hace, en base a qué criterios, a partir de qué niveles? Volvemos (y van tres veces ya) a lo mismo: que se aplique entonces a *todas* las parejas que quieran adoptar, homo o hetero.
    «Primero estudiar. Después concluir. Tercero consensuar. Cuarto legislar. Es que es de lo más elemental.»
    Exacto. Primero: Se ha hecho. Segundo: Se ha hecho (algunos no están de acuerdo con las conclusiones, eso es otro tema). Tercero: se ha intentado hacer; hay un grupo y medio que no estaban de acuerdo con el tema y que se niegan a ceder en ningún punto: pues bueno, en democracia en esos casos se aplica la mayoría. Que la deroguen cuando vuelvan al poder, que volverán. Pero te adelanto ya una cosa: no lo harán, como no derogaron ninguno de los tres supuestos del aborto y como no endurecieron la ley del divorcio. Realpolitik. Cuarto: se ha hecho, y la ley está aprobada por el Parlamento.
    Es de lo más elemental, pero quienes convocan esta manifestación pretenden que se prohíban los matrimonios gays (por cierto, en los foros de estos organizadores se leen comentarios realmente hirientes en algunos casos: óle con los demócratas) sin estudiar, sin concluir y sin consensuar (y legislar porque no pueden, si no…). ¿Les aplicamos el cuento a ellos, o no?
    «Respecto a los presuntos derechos que se ganan con esta ley, podrían ser perfectamente garantizados con otro tipo de legislación que no equiparase una institución y otra, cuya relevancia social es completammente distinta.»
    Primero, no son «presuntos», son derechos que están (por ejemplo, el de la herencia o el de poder hacer declaraciones de impuestos conjuntas). El derecho de adopción no niego que es el más controvertido, pero debería, en todo caso, ser el único punto de discrepancia (mis argumentos ya los he expuesto con claridad más arriba, espero). El resto, ¿qué es? En mi opinión no es más que el deseo de una institución, la Iglesia, de arrogarse la exclusividad sobre una palabra, porque lo de la «relevancia social» no pasa de ser un concepto abstractísimo y totalmente subjetivo (¿cómo se mide la relevancia social, en metros, en litros?).
    ¿Se trata de una cuestión de nomenclatura? Pues entonces échenle la culpa al diccionario, pero éste, como leí ayer en alguna parte, se limita a recoger y adaptar el significado de una palabra a su uso en la sociedad, no al revés. Quizá el problema es que derive del latín. En alemán, matrimonio es «Ehe», sin implicaciones matriarcales. En inglés, es «marriage», tres cuartos de lo mismo, es simplemente una forma de denominar a la unión legal de dos personas. Ah, ¿que quieren llamarlo «unión civil» para desligarlo del matrimonio eclesiástico? Pues creo que se intentó hacer ya -sin éxito- con la democracia, aunque hablo de memoria. Y que no se engañe nadie: aunque se separara la denominación legalmente, se seguiría hablando de «matrimonio», la RAE acabaría, con el tiempo, dándolo como acepción válida, y la legislación también. No se pueden poner puertas al campo ni al idioma.
    Por cierto, estoy de acuerdo, Junjan les ha llamado horteras (creo que no lo ha negado, pero si usted lo dice), y la verdad es que si van a tararear la cancioncilla esa, un poco kitsch sí que les va a quedar. Lo que no les ha llamado es fachas, cosa de lo que usted le ha acusado. En cambio, usted sí que no ha tenido reparos en llamar facha al que discrepa. O fachaprogre, neologismo que no ha matizado en absoluto, lanzándolo urbi et orbi, aquí y en su bitácora.
    Yo no estoy de acuerdo con lo que usted dice, bajo a la arena y argumento, pero no le he insultado. ¿Me convierte eso en fachaprogre, acaso? Porque leyendo su bitácora parece que sí.
    Un saludo.

  13. Empezando por el final: naturalmente que no. Lo crea o no, valoro sinceramente su actitud.
    Respecto al neologismo de marras, que ya he reconocido que es duro: le pido un ejercicio de sinceridad. ¿Hay o no un sector enorme de la progresía española que denigra a todo lo que tiene a su derecha, por usar un término poco científico pero que sirve para entendernos, negándole toda legitimidad, calificándola habitualmente como franquista, neoliberal, antidemocrática, casposa, y no sé cuántas cosas más?¿Es que no se ha percatado de este fenómeno tan extendido, herencia directa de que aquella idea de Azaña por la cual se consideraba que sólo tenían títulos para gobernar la República los republicanos (es decir, los suyos)?¿No se ha dado cuenta de que hay muchísima gente en este país que oculta su voto a la derecha?¿No se ha dado cuenta de que la izquierda dispone de un plus de legitimidad porque sí, porque ella es la corrección política, porque se da por supuesta su superioridad moral? No me diga que no se ha dado cuenta. El 80% de las personas que me rodean son de izquierdas, familia, amigos y compañeros de trabajo. Algunos, incluso, son muy de izquierdas, y todos reconocen que esto es cierto. Pues yo, a esta formar de deslegitimar al contrario, sin argumentar porque no se argumenta con los hijos ideológicos de Franco y con los neoliberales a sueldo de la CIA, con los defensores de los privilegios de los poderosos y de las ideas alienadoras y medievales de la Iglesia, yo a esto, repito, le llamo fachaprogresismo. De verdad, sinceramente ¿le parece algo tan fuera de lugar?
    Saludos cordiales.

  14. Pues para empezar, pone usted como título de su post, en letras gordas: «Los fachaprogres contra la manifestación por la familia». No puede decirse que matice, no.
    Luego, llama «engendro» a este blog, y dice que no lo recomienda a nadie, de lo cual es usted muy libre. Pero no explica demasiado bien por qué, salvo por el argumento de los «fachaprogres». Si algo sé de Junjan, de todo el tiempo que le llevo leyendo (mucho), es que raramente escribe y opina sin argumentar. Y argumenta con datos. Que es cierto que se calienta a veces en los comentarios, pues sí, pero no más que otros que aquí comentan, y salvo casos raros, sólo cuando le provocan (picón, que eres un picón ;-). Yo en los tres o cuatro posts que he leído en su bitácora de usted he leído a gente, algunos bastante conocidos de la blogocosa, que se hacen llamar liberales pero que caen, punto por punto, en todas esas cosas de las que usted acusa en su comentario de arriba, insultando y denigrando a cualquiera que tenga opiniones aunque sea ligeramente a la izquierda de las suyas. No le he visto a usted calificarlos de «facholiberales», por cierto, pero como digo también es perfectamente libre de no hacerlo, aunque en mi opinión deje de ser consecuente con lo que dice.
    A mí también me rodea mayoritariamente gente de izquierdas (o más que de derechas), pero uno de mis mejores amigos es de derechas y no se avergüenza de ello, ni tiene por qué en realidad, y discutimos, a veces muy acaloradamente, sobre los muchos temas en los que estamos de acuerdo. Ninguno de los demás, de los de izquierdas digo, se comporta como usted denuncia. Es más, salvo dos o tres casos, nadie lo hace. Y de esos dos o tres casos, hay uno de izquierdas y dos de derechas, y no por ello generalizo, cosa en la que usted cae.
    ¿Mi opinión? Que tanto en un lado como en otro hay energúmenos e intolerantes de los que usted apunta, y que son a los que más bombo se les da precisamente para justificar generalizaciones como la suya. Me habla de «un sector enorme de la progresía» (¿qué es eso?), me pregunta varias veces si «no me doy cuenta». Y yo le digo: mire a su alrededor, mire en su blog. Y pregúnteselo. A mucha gente como a mí lo más suave que nos han llamado ha sido estalinistas y chekistas, simplemente porque decíamos que no estamos de acuerdo con ciertas políticas o con invasiones ilegales. Y todo esto incluso desde periódicos que se atreven a poner la palabra «libertad» en su cabecera. Y después somos nosotros los «fachoprogres» … lo que hay que leer.
    En pocas palabras: en la izquierda no son todos santos, pero tampoco son unos monstruos. De la derecha se puede decir lo mismo. Y lo demás son consignas que cada vez veo más repetidas y más encendidas, y no precisamente en blogs de izquierdas.
    Un saludo.

  15. Primero empecemos con el asunto «facha»:
    Yo dije:
    Y además son una banda de horteras que serán capaces de ir coreando por Madrid una versión mariana de la chica ye ye.
    Y lo mantengo.
    Tu lo extapolaste:
    Repito una vez más. Hay argumentos serios tras la manifestación con los cuales se puede estar o no de acuerdo pero que no es lógico despreciar con un simple “es cosa de fachas horteras”. Quien así argumenta para mí es un fachaprogre.
    De ahí saltaste a la portada de tu blog, cosa que a mi no me da ni frío ni calor, pero que es indicativa de que no damos lo que pedimos.
    Los argumentos. Decir primero que sobre el tema en sus múltiples variantes hemos descutido muchas veces en esta bitácora.
    De todas maneras voy a intentar argumentarte desde una posición diferente a la que ha hecho Otis, aunque suscribo lo que ha dicho. Partamos de la base que yo soy ateo, creo que Dios no existe, ni el alma, ni la fe. Tampoco creo en los principios morales religiosos, aunque muchos de ellos puedan coincidir con posturas éticas que suscribo. Pienso que el estado no debe dejar que sus leyes se basen o sustentes en dogmas que sólo vienen respaldados por la fe. Uno de ellos es el matrimonio.
    Mencionas que a parte de la religión, el matrimonio civil lleva siendo igual desde tiempos inmemoriales, y se deduce de tus palabras que por ello no hay que cambiarlo, dado que es un «bien jurídico». Me pides argumentos pero lo que dices carece de ellos. ¿Es bueno porque es antiguo? ¿Es bueno porque es tradicional? Desde mi punto de vista ni una cosa ni la otra. Las formas de convivencia cambian al cambiar el conocimiento del ser humano. Te mencioné antes el voto femenino, te puedo mencionar otras muchos ejemplos, muchos afectan a grupos que los dogmas religiosos denigraron durante siglos, como las mujeres. Todo lo que se les prohibía era antiguo, tradicional y por supuesto era un «bien»; desde el punto de vista de los que los apoyaban (los hombres).
    Con el matrimonio está pasando exactamente lo mismo.
    Aplico a la adopción y a los modelos de familia la misma regla de tres. Que en las sociedades de tradición occidental la familia sea un papá y una mamá, no quita para que otros modelos de familia sean perfectamente viables. Si abogamos por la máxima libertad individual, desde el respeto por unas leyes que regulen esas libertades sin cohartarlas, tenemos que ser capaces de evolucionar.
    Lo del concepto de fachaprogre creo que Otis te lo ha contestado con mucho atino. Realmente me da igual lo que se opine de mi, aunque sea con una viga de pino de 3 metros cuadrados en el ojo. Si opinas que esto es un engendro lleno de comunistas cavernarios, eres muy libre de decirlo, aunque incurres en constantes contradicciones, pidiendo a otros lo que tu, y los que escriben en tu bitácora, no dais.

  16. 1.-A ver, lo repetiré una vez más, con un poco de suerte alguien lo pilla: no estoy defendiendo mis opiniones. Otra vez: NO ESTOY DEFENDIENDO MIS OPINIONES ACERCA DE LA CUESTIÓN DEL MATRIMONIO GAY. He intentado sentar la tesis de que aunque no concuerde con el fundamento ideológico en que se sustenta la convocatotria de la manifestación a)hay argumentos serios dignos de análisis y que merecen alguna atención; b)les asiste a los convocantes todo el derecho del mundo; c)la acusación de homofobia me repugna y es incierta; d)es típico de un sector muy amplio de la izquierda española el ignorar los argumentos de sus oponentes de la derecha negándole una legitimidad moral y política en origen, actitud que creo profundamente antidemocrática (no importa que alguien se declare demócrata, siempre habrá un harotecglen español que le llamará fascista); e)me pareció que argumentar contra la manifestación basándose en unos eslóganes, que por definición son reduccionistas, podría indicar que quien así lo hacía pertenecía a este tipo de izquierda que, guste o no guste, es amplísima en este país (como muchos en la propia izquierda saben); y f)a esta izquierda es a la que yo he calificado de fachaprogresía (para entendernos, la línea PRISA-SER-GONZÁLEZ-GUERRA-LEGUINA-
    CHAVEZ(S)-ALMODÓVAR-CAROD-HARO-TECGLEN…
    2.- Dicho lo cual, es perfectamente posible que me excediera en asimilar esta bitácora a este tipo de izquierda con el sólo dato de una anotación concreta. De ser equivocada mi impresión me disculpo con toda sinceridad. Constantemente defiendo que es imprescindible para la misma supervivencia de la democracia una izquierda que no esté permanentemente subida a la burra de la hiperlegitimidad ni abonada a la demagogia y el populismo, como creo que ocurre con buena parte de la izquierda nacional (más en su clase dirigente qe en su base social, ya he dicho que vivo rodeado de izquierdistas contumaces)
    3.- Una de información: en la expresón «bien jurídico» la palabra «bien» no tiene nada que ver con el concepto de «bondad» sino que vendría a ser sinónimo de «objeto», como en la expresión «bienes y servicios».
    4.- Ya he dicho también que no soy religioso y que no creo en Dios. Sin embargo sí que me considero algo así como un cristiano laico. Le pese a quien le pese, en el cristianismo está el fundamento ético de nuestras sociedades: igualdad, fraternidad, derechos humanos, libre albedrío…y todo lo demás.
    5.- Mi opinión particular es que el matrmonio entre homosexuales no afectará en nada a la esencia del matrimonio heterosexual. Que la familia tradicional no se verá disminuída en su protección por la existencia de la nueva ley. Que los que se manifestarán el sábado se ponen innecesariamente nerviosos por algo que no tiene tanta importancia.
    6.-Dicho lo cual, creo que sí está en la intención del Gobierno provocar cambios de gran calado. Que no disimula en absoluto su anticlericalismo. Que le desagrada el hecho de que la sociedad española sea muy mayoritariamente católica y que le encantaría poder contribuir a que lo fuera menos.
    7.- Que el Gobierno demuestra un mínima querencia democrática al no haber consensuado la nueva Ley con el principal partido de la oposición. Y que, constitucionalmente, el catolicismo debe ser considerado de manera especial a la hora de legislar.
    8.- No costaba nada haberle llamado de otra forma al matrimonio gay y que se hubiera aprobado en el Parlamento con el 100% de los votos, lo cual hubiera ocurrido con toda seguridad, en vez de provocar una fractura social -otra más- lo que parece ser la especialidad del Gobierno.
    9.- No estoy de acuerdo con la adopción por parejas gays, como ya he dicho. No repetiré argumentos. Pero sí diré que en este tema lo lógico es que no se hiciera nada sin la aquiescencia del princiopal partido de la oposición que representa a casi 4 de de cada 10 electores y, en términos sociológicos, a la mitad del país. Es un asunto de una trascendencia tal que no se puede hacer por la vía de que una mitad de España se lo imponga a la otra mitad.
    10.-Coincido totalmente en que cafres hay en todas las tendencias políticas. Pero no sería totalmente sincero sino dijese que creo que las ideologías derivadas del tronco marxista llevan en su interior el germen del totalitarismo. Se trata de una crítica a la ideología no a las personas que la comparten, las cuales pueden ser y de hecho muchas lo son, excelentes personas, empezando por mis progenitores. Es sólo un error intelectual que la humanidad va abandonando poco a poco. En un futuro cercano la izquierda será liberal. El futuro de la izquierda es Clinton y Blair, no Castro y Chavez, ni medianías sin ninguna consistencia y/o mucha mala leche sectaria tipo ZP o Schroeder.
    Pero, en fin, todo es opinable en esta vida y más si se habla de política ¿verdad?
    Saludos cordiales y reitero mis disculpas (aunque voy a leer las pasadas entradas de este blog para informarme no vaya a ser que…¡es broma!)

  17. (0) Me gustaría romper una lanza a favor de egolandia69. Si bien el término «fachaprogre» me parece una exageración, hasta donde he podido mantener una discusión en otros sitios con egolandia 69 (elciudadanoliberal.blogspot.com o Xabier Cereixo) me ha parecido siempre una persona educada, amable y razonable; de lo mejor que uno puede encontrarse entre las bitácoras sindicadas en Red Liberal; es decir, alguien que sin esconder su pensamiento de base liberal y su discrepancia con la izquierda, ni mucho menos hace seguidismo del PP, de los conservadores más reaccionarios o de los eslóganes habituales de Federico Jiménez. Ni cae en exabruptos, insultos y simplismos como hacen otros insignes moradores de esta realidad virtual que donde ven un no-liberal ven un progreetarra-liberticida-amigo-del-Gulag. Creo que sería adecuado volver a fórmulas de gallardía conversacional.
    (1) creo que se malinterpretó la intención de Xabier; lo que pedía es que en vez de caer en las ridiculizaciones fáciles se tratara de desmontar con argumentos la base de razonamiento sobre la que ciertos sectores montan la imposibilidad de un matrimonio homosexual. Cuando uno se repasa las razones de Mercedes Aroz o del Consejo de Estado comprueba que más allá de las habituales soflamas antihomosexualidad hay cierto pensamiento más complejo.
    (1.1) se puede aducir que la intención de la entrada era puramente festiva y no estaba en los ánimos de junjan disertar sobre el fondo argumental de la manifestación. De acuerdo. Pero tampoco es de recibo afirmar alegremente que no hay muchos argumentos que dar. Hombre, alguno que otro sí que hay. Y quizás el enfado de Xabier sea debido al comentario desafortunado de junjan del 16 a las 07:48, en exceso demagógico. (vid. 3). Se trata simplemente de conocer los argumentos del contrario y desmontarlos, un poco pedir ponerse en la piel del otro para ver si tiene o no razón y no dar por sentado que no la tiene de entrada.
    (2) las consignas que se corean en una manifestación son por lo normal kitsch, simplistas y ridículas. Por eso son consignas y no tratados de metafísica post-heideggeriana.
    (2.1) Aun siendo consignas, merced a ellas se puede establecer ciertas líneas de interpretación y analizar las ideas fuerza que se pretenden trasmitir
    (2.1.1) asociar la idea de matrimonio con la idea familia. Se debe insistir que un matrimonio no necesariamente implica la idea de familia. La familia es una unidad de convivencia (perdón por el eufemismo) que aúna tanto miembros adultos como no-adultos; son estos miembros aún no adultos los que necesitan de la protección de los mayores lo que implica una serie de responsabilidades y deberes de estos últimos; por ello se regula jurídicamente la familia y se le considera un bien social puesto que asegura la pervivencia de la sociedad misma. Naturalmente existen otra serie de consecuencias fiscales, patrimoniales, etc. Ahora bien, el matrimonio simplemente expresa la unión de dos personas adultas, con lo que no necesariamente se debe aludir a la familia.
    (2.1.1.1) la alusión al matrimonio en cuanto procreadores. Fijémonos que en las consiganas se subraya (papá mamá, madre, padre, familia, etc.) Sin embargo en un matrimonio propiamente no hay padre y madre, sino marido y mujer, y en el caso de las homoparentales contrayentes. Lo que parece negarse a los homosexuales es su derecho a instituir una familia, algo que en principio no está presente en la idea de matrimonio. Y por otra parte, se obvia el hecho de que los homosexuales son también fértiles o que pueden heredar hijos de uniones heteroparentales anteriores. Lo que se mezcla en definitiva es (a) la unión de adultos con (b) procreación y se obvia que en la cultura la ( c ) procreación biológica sólo es significativa si (c’) se reconoce socialmente. De hecho, este fenómeno en que la familia no es un ente biológico sino una institución social es la que explica la figura de la adopción.
    (2.1.2) se recoge la idea de adopción, cuando nuevamente no se desprende de la formación de un matrimonio homoparental la necesidad que éste pueda adoptar.
    (2.1.3) la idea de que el matrimonio es previo a cualquier formulación social del mismo: por ejemplo en la consigna «y que por mucho, mucho que te empeñes / no podrás cambiar la realidad». Curiosamente la realidad antropológica reconoce muchos tipos y fórmulas de matrimonio, a cuál más curioso. Con lo que con un vistazo a la realidad basta para saber que esta es más plural que lo que nos quieren hacer pensar las consignas del foro español de la familia.
    (2.1.4) El atosigamiento contra la idea familiar, como si extender el derecho del matrimonio a los homosexuales supusiera un menoscabo en el derecho de los heterosexuales, cuando en puridad este menoscabo no existe al tratarse simpemente de una ampliación de los sujetos capaces de acogerse al derecho en liza (o no)
    Se podría seguir desovillando casi todas las implicaciones ideológicas de las consignas, lo que puede ser útil para entender la base argumental que exhiben y así poder preparar los contrargumentos. Aunque es cierto que han sido expuestos una y otra vez en otros sitios, con lo que quizás simplemente un par de links bastan.
    (3) Me molesta sobremanera el desprecio a las organizaciones religiosas como si sus argumentos no fueran relevantes para el cuerpo social. Vale: en un ordenamiento liberal las opiniones privadas de la Iglesia Católica (o de cualquier iglesia u organización) no importan. Ahora bien, a lo que se acogen estas organizaciones no son argumentos de índole religioso, sino a argumentos de índole legal como Xabier recoge después (con una idea de derecho natural curiosa, pero funcional). Es necesario insistir una y mil veces que si bien un creyente (yo mismo lo soy) tiene un ámbito moral privado que no concierne al ordenamiento liberal del Estado, sí que puede argumentar en la esfera pública con argumentos que conciernen al resto de la sociedad. En este caso si yo argumento que el matrimonio es un bien jurídico asociado a la familia y a la procreación y que por ello precisamente es objeto de legislación (si no debería quedarse en un contrato cultural privado como la amistad), no se puede acudir a mi condición de creyente para negarme la posibilidad de enunciar un argumento válido; se debe negar el argumento. De lo contrario es una falacia ad hominem de libro.
    (3.1.) Volviendo a la forma de razonar de Junjan del 16, 10:37
    3.1.1. Primero el matrimonio no es un derecho; es un bien jurídico al que a unas personas se les concede el derecho de obtener (el derecho es el derecho al matrimonio). El acceso a ese bien es el derecho. Su argumento no es de base religiosa (también, pero eso en la discusión no es relevante) si no que ese bien sólo puede darse entre personas del mismo sexo, porque si se reduce a la libre unión de voluntades ¿por qué de paso no establecemos el derecho a la amistad?. Y se da entre personas del mismo sexo porque sólo en ese tipo de unión, argumentan, puede darse la reproducción. Algunas bitácoras liberales, no sin razón, arguyen que realmente lo que se debe hacer es reducir el matrimonio a un puro contrato privado y legislar simplemente la unión que constituye familia. Pero lo que me parece conveniente subrayar es el despropósito que implica esta conclusión por «razones morales, ergo religiosas». Que yo sepa puede existir moral sin religión, o de lo contrario caemos en las posiciones de los ultrareligiosos que creen que la religión es el fundamento último de toda moral y no puede existir moral racional independientemente de las creencias trascendentales que uno tenga. Igualmente, en última instancia toda ley se basa en argumentos de tipo moral ¿o si no de dónde proceden?
    3.1.2. El problema no es sólo la envidia o la xenofobia, sino un problema de diferencias relevantes o no. Lo que se subraya es que una unión matrimonial heterosexual procrea naturalemente (es decir, no necesita acudir a un sujeto exterior a la unión para producir descendencia) mientras que la unión homosexual no lo hace de forma natural (es decir, necesita acudir a sujetos exteriores para tener descendencia, ya sea hijos heredados, relaciones sexuales fuera de la unión homosexual o mediante técnicas de reproducción asistida). La cosa, insisto, tiene más miga que la simple envidia o xenofobia y afecta directamente al modo en el que entendemos la descendencia, los condicionantes biológicos y culturales, etc. De ahí que se argumente que si la «procreación natural» se da en el seno de la unión se reserve para esa unión la noción de matrimonio, mientras que para la otra se acuñe una noción nueva, del tipo «unión civil» como ocurre en otros países. Si bien la «unión civil» y el «matrimonio» pueden contar con las mismas prebendas fiscales, legales, patrimoniales, etc. el hecho de que una tenga desdencia natural y la otra no es motivo suficiente para no igualarlas del todo.
    (3.2) Me parece interesante subrayar la mucha demagogia que en el asunto están empleando todas las partes porque
    3.2.1 No es una cuestión de derechos porque tanto la noción «matrimonio» como la noción «unión civil» pueden tener los mismos a efectos fiscales, patrimoniales, etc., sino de reconocer diferencias relevantes o no en la «procreación».
    3.2.2. La defensa del sector gay del matrimonio homosexual no es sólo una cuestión de derechos (ver 3.2.1) sino en mi opinión de promoción de un colectivo minusvalorado. Entiéndase. Si los homosexuales sólo pueden unirse civilmente pero no casarse parecen ciudadanos de segunda, aunque legalmente tengan acceso a las mismas cosas. Digo esto, porque me parece que hay mucho más de política simbólica que de discusión legal en todo esta polémica.
    3.2.3 Si bien probablemente hay homófobos en la manifestación del Foro Español de la familia y probablemente seguidores de Ratzinger a los que las sutiles disquisiciones sobre esfera eclesial, esfera pública y bienes jurídicos de especial protección les importan un pimiento, esto no es relevante para la discusión argumental (en todo caso para hacer sociología barata del material ideológico de este país). Pero también en las críticas que he leído a la manifestación hay anticlericalismo cerril, buenrollismo ingenuo y bastante confusión de churros con merinas.
    (4) Debe insitirse en separar el problema de la adopción del matrimonio homosexual. La argumentación que aquí se ha dado es desde mi punto de vista adecuada. Aún dejando claro esto me gustaría indicar
    (4.1) No hay estudios serios que hayan dejado claro que la adopción homoparental es buena o mala. Probablemente porque como ocurre en el caso de las heteroparentales el problema es qué tipo de familia homoparental forman y en qué contexto la forman.
    (4.2). En todo caso se debe ser extremadamente cauto, porque como se comenta, el derecho del niño a una familia es el que prevalece en cualquier caso.
    (5) No coincido con Xabier en su punto 10, que es a todas luces una conclusión malintencionada. Yo si veo ansias de emancipación en las ideologías derivadas del tronco marxista. La observo en Marx quizás con sus excesos hegelianos y sus imperativos históricos, pero alguna equivocación se le puede conceder a sus condicionantes materiales. El germen totalitario se debe a la corriente leninista y posteriores, ni mucho menos a corrientes interesantes como la de Bernstein, Gramsci u otros. Igualmente confieso que al haberme formado intelectualmente en la adolescencia leyendo a Boff, Assmann o Sobrino, uno mira al marxismo más como una herramienta intelectual de análisis que otra cosa. Mea culpa.
    (5.1.) Sin duda la izquierda triunfante hoy en día es liberal. Zapatero lo es vía Petitt (una tradición liberal tan liberal como la de Hayek y Mises) y Blair vía Giddens. Si bien encuentro extremadamente interesante la tradición rawlsiana del liberalismo, de vez en cuando me salta el chip postmarxista y sus críticas al mercado como instrumento, sus relecturas de la alienación o de la idea de contradicción estructural. No vendría mal un poco más de caña marxista en el debate actual. Evidentemente el futuro de la izquierda no pasa por Castro y Chávez, pero quizás sí por Lula (a pesar de las horas bajas actuales) más que por Blair.

  18. Hay un error importante en la escritura de mi comentario. En 3.1.1 cuando digo personas del mismo sexo debe leerse personas de distinto sexo . Lógico, ya que por imperativo biológico la reproducción sólo se da por unión de sendos gametos: uno masculino y otro femenino. El resto, les ruego me sean disculpados.

  19. Muchas y sinceras gracias, Desecho.
    En general coincido con usted y, en cualquier caso su reflexión me parece interesantísima.
    Salvo por la cuestión de la adopción, donde creo que se debería imponer un enfoque de precaución, a mí la Ley no me violenta en absoluto.
    Como línea general, si un determinado colectivo reclama algo y esto se puede hacer sin menoscabo de otros colectivos o de la sociedad en su conjunto sus reclamaciones deben ser satisfechas.
    En este caso concreto se ha producido la siguiente situación: un colectivo reclama algo y otro colectivo sostiene que la satisfacción de la reclamación implicaría el menoscabo citado.
    Bien, estudiese. Sucede además que el colectivo que se siente menoscabado por la nueva ley no es cualquier colectivo sino que juega un papel social y legal muy importante, incluso en términos constitucionales. Además se trata de un colectivo que cuantitativamente es especialemnte relevante.
    Un aspecto curioso de la polémica es que si en la anterior legislatura la parte más obtusa de la derecha, incluyendo la cabezonería injustificable del Señor Aznar, no se hubiese opuesto al desarrollo legislativo de una ley de uniones civiles, que estaba ya pactada y contaba con el apoyo unánime de todo el Parlamento, hoy no nos encontratríamos con un nuevo motivo para la fractura social, algo a lo que este país se ha aficionado peligrosamente.
    Al final, la polémica se reduce básicamente a dos puntos: el nombre de la unión familiar entre homosexuales y la adopción. ¿Realmente era tan difícil encontrar un punto de consenso o es que existía una predisposición al enfrentamiento, más en un bando que en otro (la huella del anticlericalismo es muy profunda en la izquierda española), algo a lo que no es ajeno la situación política general de España?
    Personalmente, a mí me da igual, lo único que he tratado de defender en esta bitácora es que el argumentario de quienes creen que debe reservarse el nombre de matrimonio para la unión heterosexual y quienes defienden que no se debería conceder el derecho de adopción a las parejas gays no es simplemente una letanía repugnante de consignas fascistas y homófobas.
    También he intentado defender que existe una actitud muy poco democrática contra los que se oponen a la ley y que esta actitud se viene manifestando como algo ya habitual en un sector muy numeroso de la izquierda española y muy especialmente en su intelectualidad y en sus medios.
    Es verdad que se puede tener la tentación de pensar que esto es algo habitual en ambos bandos. Sin negar que existen individuos en la derecha cuyas actitudes pueden ser consideradas como la imagen especular de las que critico en la izquierda, también creo sinceramente que esta es más propia de las ideologías derivadas del tronco marxista -no sólo leninista- y de ahí mi comentario. De hecho, en general, la derecha es bastante mojigata y tiene una tendencia muy conocida y estudiada de tratar de hacerse perdonar por la izquierda. La propaganda izquierdista ha tenido, tradicionalmente, una gran influencia en la derecha española. Los ejemplos desde Alcalá-Zamora hasta Gallardón son infinitos.
    En cuanto al totalitarismo que subyace en el pensamiento izquierdista, la historia es sumamente elocuente al respecto. Pero esto es una discusión que no se puede resolver en cuatro frases. Sin embargo diré una cosa más: la izquierda española tiene una tendencia muy acusada en este sentido. No en vano provocó una guerra civil cuya tenebrosa sombra se extiende hasta nuestros días. Ojalá los besteiros de la izquierda española pudieran ganar la batalla que un día perdieron con los largos y los prietos y las pasionarias y los carrillos, y, también, con los priístas F. González, Guerra y demás componentes del Clan de la Tortilla. Es algo que deseo fervientemente poque amo mi patria y sería mejor para ella -inmprescindible, de hecho- que el PSOE fuese besteiriano y no lo que es. Creo, como Besteiro, que hay cierta propaganda que envenena al pueblo. Sucedió en su época y sucede ahora. Es una especie de mal congénito nacional, qué se le va a hacer. Y esto que yo pienso lo piensan muchos en la izquierda, como bien sabrá Desecho, que no es un demagogo, y como espero que sepan el autor de esta bitácora y sus lectores.
    Saludos.

  20. Muchas y sinceras gracias, Desecho.
    En general coincido con usted y, en cualquier caso su reflexión me parece interesantísima.
    Salvo por la cuestión de la adopción, donde creo que se debería imponer un enfoque de precaución, a mí la Ley no me violenta en absoluto.
    Como línea general, si un determinado colectivo reclama algo y esto se puede hacer sin menoscabo de otros colectivos o de la sociedad en su conjunto sus reclamaciones deben ser satisfechas.
    En este caso concreto se ha producido la siguiente situación: un colectivo reclama algo y otro colectivo sostiene que la satisfacción de la reclamación implicaría el menoscabo citado.
    Bien, estudiese. Sucede además que el colectivo que se siente menoscabado por la nueva ley no es cualquier colectivo sino que juega un papel social y legal muy importante, incluso en términos constitucionales. Además se trata de un colectivo que cuantitativamente es especialemnte relevante.
    Un aspecto curioso de la polémica es que si en la anterior legislatura la parte más obtusa de la derecha, incluyendo la cabezonería injustificable del Señor Aznar, no se hubiese opuesto al desarrollo legislativo de una ley de uniones civiles, que estaba ya pactada y contaba con el apoyo unánime de todo el Parlamento, hoy no nos encontratríamos con un nuevo motivo para la fractura social, algo a lo que este país se ha aficionado peligrosamente.
    Al final, la polémica se reduce básicamente a dos puntos: el nombre de la unión familiar entre homosexuales y la adopción. ¿Realmente era tan difícil encontrar un punto de consenso o es que existía una predisposición al enfrentamiento, más en un bando que en otro (la huella del anticlericalismo es muy profunda en la izquierda española), algo a lo que no es ajeno la situación política general de España?
    Personalmente, a mí me da igual, lo único que he tratado de defender en esta bitácora es que el argumentario de quienes creen que debe reservarse el nombre de matrimonio para la unión heterosexual y quienes defienden que no se debería conceder el derecho de adopción a las parejas gays no es simplemente una letanía repugnante de consignas fascistas y homófobas.
    También he intentado defender que existe una actitud muy poco democrática contra los que se oponen a la ley y que esta actitud se viene manifestando como algo ya habitual en un sector muy numeroso de la izquierda española y muy especialmente en su intelectualidad y en sus medios.
    Es verdad que se puede tener la tentación de pensar que esto es algo habitual en ambos bandos. Sin negar que existen individuos en la derecha cuyas actitudes pueden ser consideradas como la imagen especular de las que critico en la izquierda, también creo sinceramente que esta es más propia de las ideologías derivadas del tronco marxista -no sólo leninista- y de ahí mi comentario. De hecho, en general, la derecha es bastante mojigata y tiene una tendencia muy conocida y estudiada de tratar de hacerse perdonar por la izquierda. La propaganda izquierdista ha tenido, tradicionalmente, una gran influencia en la derecha española. Los ejemplos desde Alcalá-Zamora hasta Gallardón son infinitos.
    En cuanto al totalitarismo que subyace en el pensamiento izquierdista, la historia es sumamente elocuente al respecto. Pero esto es una discusión que no se puede resolver en cuatro frases. Sin embargo diré una cosa más: la izquierda española tiene una tendencia muy acusada en este sentido. No en vano provocó una guerra civil cuya tenebrosa sombra se extiende hasta nuestros días. Ojalá los besteiros de la izquierda española pudieran ganar la batalla que un día perdieron con los largos y los prietos y las pasionarias y los carrillos, y, también, con los priístas F. González, Guerra y demás componentes del Clan de la Tortilla. Es algo que deseo fervientemente poque amo mi patria y sería mejor para ella -inmprescindible, de hecho- que el PSOE fuese besteiriano y no lo que es. Creo, como Besteiro, que hay cierta propaganda que envenena al pueblo. Sucedió en su época y sucede ahora. Es una especie de mal congénito nacional, qué se le va a hacer. Y esto que yo pienso lo piensan muchos en la izquierda, como bien sabrá Desecho, que no es un demagogo, y como espero que sepan el autor de esta bitácora y sus lectores.
    Saludos.

  21. Estimado desecho (qué expresión tan contradictoria, si me permite la broma ;-),
    me ha parecido una fantástica argumentación, razonada, bien delimitada y expuesta de manera clara y concisa, y sobre todo con una educación exquisita. No estoy de acuerdo con ella en muchos de sus puntos, pero se presta al debate. Y sería fantástico si esa argumentación, en efecto, fuera la que el foro español de la familia, convocante de esta manifestación, llevase como bandera. Pero lamentablemente no es así.
    Antes de llegar a eso, le quiero hacer notar mi principal punto de discrepancia, que pego aquí para que no haya que buscarlo:
    «3.1.2. El problema no es sólo la envidia o la xenofobia, sino un problema de diferencias relevantes o no. Lo que se subraya es que una unión matrimonial heterosexual procrea naturalemente (es decir, no necesita acudir a un sujeto exterior a la unión para producir descendencia) mientras que la unión homosexual no lo hace de forma natural (es decir, necesita acudir a sujetos exteriores para tener descendencia, ya sea hijos heredados, relaciones sexuales fuera de la unión homosexual o mediante técnicas de reproducción asistida). La cosa, insisto, tiene más miga que la simple envidia o xenofobia y afecta directamente al modo en el que entendemos la descendencia, los condicionantes biológicos y culturales, etc. De ahí que se argumente que si la “procreación natural” se da en el seno de la unión se reserve para esa unión la noción de matrimonio, mientras que para la otra se acuñe una noción nueva, del tipo “unión civil” como ocurre en otros países. Si bien la “unión civil” y el “matrimonio” pueden contar con las mismas prebendas fiscales, legales, patrimoniales, etc. el hecho de que una tenga desdencia natural y la otra no es motivo suficiente para no igualarlas del todo.»
    Primero, la «unión civil» ya existe en España. Se llama «matrimonio civil» y la Iglesia no lo reconoce ni lo ha reconocido nunca. Es más, se opuso en su día a que se le denominara matrimonio, como ahora se opone a que se extienda a personas del mismo sexo. La falacia que la Iglesia esgrime es inducir con su discurso a hacer pensar que matrimonio civil (donde no pinta nada, aunque quisiera) y matrimonio religioso (donde hacen y deshacen como quieren, nada que objetar, y que el Estado *sí* reconoce) son lo mismo. Y no.
    El asunto de la procreación es otra falacia. En ese caso las parejas estériles sólo podrían «unirse civilmente», y no «matrimoniarse» (y perdón por la aberración lingüística). Si esa es la diferencia relevante, que la apliquen, con todas sus consecuencias, en las uniones religiosas entre parejas estériles o fértiles… y que dejen las uniones civiles en paz. «Matrimonio» no sería más que una nomenclatura, pues, que como dije más arriba, tiene la mala suerte de tener esa raíz latina en lugar de una etimología práctica, como en alemán (por ejemplo). Por lo que he leído y oído, no es sólo cuestión del nombre. Lo siento, pero ese argumento no me vale.
    En el punto (3), afirma:
    «a lo que se acogen estas organizaciones no son argumentos de índole religioso, sino a argumentos de índole legal como Xabier recoge después (con una idea de derecho natural curiosa, pero funcional).»
    Lo equivocado de este argumento se prueba, en mi opinión, solamente echando un vistazo al manifiesto que se leerá esta tarde: http://www.cope.es/especiales/foro_familias/manifiesto.asp
    Y en cuanto a la homofobia, lo que voy a decir es una especulación: no creo en absoluto que los que se van a manifestar esta tarde sean en su mayoría homófobos, aunque sí lo será un porcentaje no despreciable (lo demás es hipocresía, como lo de «yo no soy racista, pero…», o «yo no soy machista, pero…», expresiones ellas tan españolas). Y, de nuevo, la lectura del manifiesto me lleva a dos conclusiones: una, que la manifa se hace, no por la libertad como anuncian, sino con el único fin de evitar que se conceda un derecho a un colectivo. Y dos, que la única característica común de ese colectivo es su orientación sexual. Ergo, quienes la convocan sí que son homófobos. Copio y pego el primer párrafo del manifiesto en cuestión (las negritas son mías):
    «El Gobierno español promueve iniciativas que atentan contra los fundamentos de la familia como espacio ecológico de la vida y fuente de la solidaridad más eficaz. En concreto, *pretende equiparar las uniones de personas del mismo sexo con el matrimonio*, permitiendo además la adopción conjunta. Entendemos que esta equiparación y la adopción por parte de parejas del mismo sexo *supone un atentado contra la institución matrimonial* y contra el derecho del menor *a una madre y un padre*.»
    Y el tercer párrafo:
    «Ante estas iniciativas *contrarias a la dignidad del ser humano*, demandamos del Gobierno y de todas y cada una de las fuerzas políticas:
    a) *la retirada del proyecto de ley que equipara las uniones de personas del mismo sexo con el matrimonio*, así como una regulación sobre la adopción que garantice el derecho del niño a tener *una madre y un padre*, en concordancia con la Convención de la ONU sobre los derechos del niño.»
    Para resumir mi postura en pocas palabras: Desecho, tu argumentación es estupenda e incluso defendible (aunque, como digo, no esté de acuerdo en muchas cosas). Pero no es la de los convocantes ni mucho menos.
    Saludos.

  22. Una postdata: Egolandia, celebro que hayamos llegado a un punto común respecto al tema de las formas. En cuanto al fondo, está claro que no nos pondremos de acuerdo… bueno, para eso está el debate, ¿no? 😉
    Saludos.

  23. Otis. La argumentación que proporcioné en (3) no es la que yo defiendo. Es la que emplean los que se oponen a la denominación de matrimonio de las uniones entre homosexuales. Bueno, la parte razonable de los que se oponen al matrimonio homosexual. Es divertido que los tres que estamos discutiendo aquí más o menos estamos de acuerdo respecto a la razón que asiste a las parejas homosexuales para reclamar los derechos que tienen sus pares hetero, excepto en el espinoso asunto de la adopción. Debe ser ganas de bizantinismo.
    Para mí está clara la diferencia entre matrimonio católico (que es un sacramento y tiene sobre todo significado religioso aunque después se le reconozcan consecuencias legales) y el matrimonio civil. Y asumo que la definición de matrimonio civil corresponde únicamente establecerla al legislador. De todos modos y como también apunta Xabier (alias egolandia69) lamento que no se haya podido llegar a un punto de acuerdo sobre la denominación, y al contrario de lo que piensa Xabier, creo que el principal culpable de ello es el PP que prefirió ir de la mano de su alma cristianodemócrata que obedecer a su alma liberal. Todo por armar bulla contra el PRISOE. Confieso que me hubiera gustado más el término unión civil, pero también confieso que me gustaría para lo que ahora es el matrimonio heterosexual el término de unión civil. Las cosas quedarían más claras: el matrimonio es un acto de orden religioso (como el bautizo, la comunión, la confirmación y el resto de sacramentos) mientras que la unión civil es un contrato de convivencia entre dos personas responsables con implicaciones legales, patrimoniales y fiscales. Separadas las esferas con palabras distintas nos ahorraríamos muchas disquisiciones al respecto. Pero nos toca vivir en el mundo que nos toca vivir, y a pesar de mis preferencias léxicas útiles para una arcadia política, la realidad impone que bendiga la denominación de matrimonio homosexual si eso es lo que vota la mayoría del parlamento y acepta la mayoría de la sociedad. Aunque no puedo evitar pensar que en esa denominación, como dije, hay más de política simbólica que de reclamación de derechos.
    Leído el manifiesto me parece que Ud. tiene razón en subrayar que el Foro español de la familia hace mal en culpar al gobierno de algo que de momento no hace: no abre más puertas de las que ya estaban abiertas a la adopción por parte de homosexuales y por tanto mete en la agenda política la adopción. Probablemente porque si bien la mayor parte de la gente (al menos de la que yo conozco) está de acuerdo en permitir que los homosexuales se casen (y les importa más bien poco si a eso se le llama matrimonio o unión), sin embargo albergan serias dudas con respecto a la adopción. Bien. Lo que se hace entonces es distinguir entre derecho al matrimonio homosexual y derecho a la adopción y se aplaza esa decisión al momento en que la sociedad o esté más madura o tenga claro si conviene o no. No deja de ser paradójico (e irónico) que es posible que con la nueva ley un homosexual pueda contraer matrimonio (y acceder a casi los mismos derechos que tenía ya reconocidos con la ley de parejas de hecho o en la non nata ley de uniones civiles del PP) pero no pueda adoptar (algo que podía hacer mediante el subterfugio de declararse soltero).
    Por último, y puede llamarme carca si así lo percibe, sí que noto cierta frivolidad al abordar la idea de familia. Entiendo que la familia victoriana ha pasado a mejor vida, que la gente no tiene por qué esclavizar su vida con estúpidos, etc. pero la alegría con la que se observa la desestructuración de familias no es síntoma de buena salud. Quizás si algo echo de menos es que conceptos que yo considero centrales para una familia: estabilidad emocional de los cónyugues, comprimiso afectivo mutuo, capacidad de resolver y superar conflictos, responsabilidad atenta y crítica con los hijos, etc. se observen como valores caducos o reaccionarios. No creo que convenga establecer premios en plan franquista a ese tipo de familias, pero sí creo que conviene pensarlos como valores positivos, estimables y no como un modelo opusdeista o superado por la postultramodernidad.
    Un saludo.

  24. Muchas y sinceras gracias, Desecho.
    En general coincido con usted y, en cualquier caso su reflexión me parece interesantísima.
    Salvo por la cuestión de la adopción, donde creo que se debería imponer un enfoque de precaución, a mí la Ley no me violenta en absoluto.
    Como línea general, si un determinado colectivo reclama algo y esto se puede hacer sin menoscabo de otros colectivos o de la sociedad en su conjunto sus reclamaciones deben ser satisfechas.
    En este caso concreto se ha producido la siguiente situación: un colectivo reclama algo y otro colectivo sostiene que la satisfacción de la reclamación implicaría el menoscabo citado.
    Bien, estudiese. Sucede además que el colectivo que se siente menoscabado por la nueva ley no es cualquier colectivo sino que juega un papel social y legal muy importante, incluso en términos constitucionales. Además se trata de un colectivo que cuantitativamente es especialemnte relevante.
    Un aspecto curioso de la polémica es que si en la anterior legislatura la parte más obtusa de la derecha, incluyendo la cabezonería injustificable del Señor Aznar, no se hubiese opuesto al desarrollo legislativo de una ley de uniones civiles, que estaba ya pactada y contaba con el apoyo unánime de todo el Parlamento, hoy no nos encontratríamos con un nuevo motivo para la fractura social, algo a lo que este país se ha aficionado peligrosamente.
    Al final, la polémica se reduce básicamente a dos puntos: el nombre de la unión familiar entre homosexuales y la adopción. ¿Realmente era tan difícil encontrar un punto de consenso o es que existía una predisposición al enfrentamiento, más en un bando que en otro (la huella del anticlericalismo es muy profunda en la izquierda española), algo a lo que no es ajeno la situación política general de España?
    Personalmente, a mí me da igual, lo único que he tratado de defender en esta bitácora es que el argumentario de quienes creen que debe reservarse el nombre de matrimonio para la unión heterosexual y quienes defienden que no se debería conceder el derecho de adopción a las parejas gays no es simplemente una letanía repugnante de consignas fascistas y homófobas.
    También he intentado defender que existe una actitud muy poco democrática contra los que se oponen a la ley y que esta actitud se viene manifestando como algo ya habitual en un sector muy numeroso de la izquierda española y muy especialmente en su intelectualidad y en sus medios.
    Es verdad que se puede tener la tentación de pensar que esto es algo habitual en ambos bandos. Sin negar que existen individuos en la derecha cuyas actitudes pueden ser consideradas como la imagen especular de las que critico en la izquierda, también creo sinceramente que esta es más propia de las ideologías derivadas del tronco marxista -no sólo leninista- y de ahí mi comentario. De hecho, en general, la derecha es bastante mojigata y tiene una tendencia muy conocida y estudiada de tratar de hacerse perdonar por la izquierda. La propaganda izquierdista ha tenido, tradicionalmente, una gran influencia en la derecha española. Los ejemplos desde Alcalá-Zamora hasta Gallardón son infinitos.
    En cuanto al totalitarismo que subyace en el pensamiento izquierdista, la historia es sumamente elocuente al respecto. Pero esto es una discusión que no se puede resolver en cuatro frases. Sin embargo diré una cosa más: la izquierda española tiene una tendencia muy acusada en este sentido. No en vano provocó una guerra civil cuya tenebrosa sombra se extiende hasta nuestros días. Ojalá los besteiros de la izquierda española pudieran ganar la batalla que un día perdieron con los largos y los prietos y las pasionarias y los carrillos, y, también, con los priístas F. González, Guerra y demás componentes del Clan de la Tortilla. Es algo que deseo fervientemente poque amo mi patria y sería mejor para ella -inmprescindible, de hecho- que el PSOE fuese besteiriano y no lo que es. Creo, como Besteiro, que hay cierta propaganda que envenena al pueblo. Sucedió en su época y sucede ahora. Es una especie de mal congénito nacional, qué se le va a hacer. Y esto que yo pienso lo piensan muchos en la izquierda, como bien sabrá Desecho, que no es un demagogo, y como espero que sepan el autor de esta bitácora y sus lectores.
    Saludos.

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