«Al Qaeda y la lucha antiterrorista»:http://www.elpais.es/articulo.html?xref=20050709elpepiopi_11&type=Tes&anchor=elpporopi&d_date=&t=Qaeda__lucha_antiterrorista_ por Gema Martín Muñoz
El terrorismo de factura Al Qaeda es demasiado indefinido, desjerarquizado y desestructurado como para afrontarlo sólo como si de una organizacion compacta y acotada se tratase. Por el contrario, la fuente principal de su potencial y peligrosísimo poder reside en el sufrimiento y experiencia de injusticia que de manera intensiva padecen muchos ciudadanos en los países árabes e islámicos. Busca invertir en ese enorme caldo de cultivo de odio y frustración para dotarse de bases, reclutamiento y simpatía social. Por ello exige más que en ningún otro caso de terrorismo la puesta en práctica de políticas y actuaciones multidimensionales.
Lo primero tendría que ser lograr la reconciliacion moral y ética con el mundo musulman. Dignificar su cultura y su legado historico, homologar sus muertos y sus víctimas a los nuestros, reconocer nuestra parte de responsabilidad política en muchos de los conflictos que han padecido, integrar su aportación humanística a los valores universales de civilización; dejar de bombardear ciudades con la pretendida justificación de la lucha contra el terrorismo, acabar con las invasiones y ocupaciones militares, impedir el desarrollo de la tortura en vez de consentirla, animarla o aplicarla, poner fin a las alianzas indecentes con gobiernos dictatoriales y torturadores en esa región.
Es decir, pensar en el ser humano árabe y musulmán y comenzar a destruir ese sentimiento creciente que perciben de ser los nuevos apestados de la tierra. Hacer esto no significa en absoluto caer en el chantaje de los terroristas (sería entonces suponerles una causa justa) sino exactamente acabar con el chantaje que los terroristas hacen y pueden hacer a estas sociedades; eliminar las raíces del odio y la injusticia de la que se alimentan de manera oportunista los terroristas para defender su supuesta «causa» y conseguir aislar y enajenar al mundo del islam con el occidental.
Hay que tener en cuenta que hoy día existe toda una generacion árabe y musulmana marcada por la experiencia acumulativa de la corrupción y la tortura, a través de vivencias políticas sucesivas desde hace casi un siglo, y que esas son dos cuestiones claves que la comunidad internacional tiene que contribuir a eliminar, en vez de consentirlas como ha ocurrido muchas veces, porque son máquinas de producir radicalización y odio, disponibles para la instrumentalización innoble y brutal de los terroristas.