Y dice el presidente de la comunidad autónoma de Valencia, que le «duele el alma» cada vez que ve el agua del Ebro irse al mar y deperdiciarse sin ser transvasada a su cuenca. Resulta que según el señor Camps, el mar es inutil, un adorno, no sirve para nada.
Cuanto analfabeto funcional hay en la política…
probablemente al mar llegaría casi igual de agua, quizá no tanto por eso de la evapotranspiración de los cultivos a regar, pero el delta del Ebro se iría a tomar por saco 100 de 100, la dinámica marina se lo comería enterito e incluso podría a meterse pa dentro el mar.