Veo que Pío Moa ha sacado otro libro en su ya largísima serie sobre la guerra civil y el franquismo. Serie que motu proprio acabo de incluir en un nuevo subgénero novelístico-histórico, «el revisionismo» rosa» (*). La última obra es «Franco: Un balance histórico». (Apropiadísimo título, conocida la ecuanimidad de su autor).
LibertadDigital nos ha proporcionado un fragmento de su «capítulo 13» para que podamos «degustar» las magnificencias del producto.
Por ejemplo, dice Moa:
«En cuanto a los presos, esperablemente numerosos en una tiranía policíaca, eran en realidad muy pocos, una de las cifras más bajas de Europa. En 1960 ascendía a 15.200, casi todos comunes, y bajó constantemente cada año hasta los 10.700 en 1966. Sólo en el primer bienio republicano hubo una bajada tan sensible, pero con un significado muy distinto: la liberación de presos durante la República respondió casi siempre a medidas demagógicas, pues no vino respaldada por una disminución de la delincuencia, sino por un auge brutal de ella. En los años 60, el corto número de reclusos reflejaba una delincuencia también muy reducida.
La población carcelaria volvió a crecer, pero sin superar cifras bajas, a partir de 1968, con 12.100 personas, llegando a 13.900 en 1970 y a un máximo de 14.700 en 1974, con alguna caída intermedia. La causa de este aumento se aprecia con facilidad: en esos años coincidió un aumento de la delincuencia común –entre otras cosas la droga empezó a penetrar en la sociedad española– con la intensificación de las actividades comunistas y la aparición de la ETA. Es difícil saber el número de presos políticos dentro del conjunto, pero probablemente no pasó de dos mil, si llegó a tanto, en el momento de máxima represión, cifra no muy apabullante para un país de más de 35 millones de habitantes en pretendida rebeldía abierta o latente. Normalmente no pasaban de unos centenares.»
No es maravilloso. Resulta que el franquismo tenía menos presos políticos que bailarines de «tango en Islandia«. La malvada propaganda izquierdista nos ha engañado con tantas historias sobre la «Redención de Penas por el Trabajo», los «Batallones Disciplinarios» y el «Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas». «Mitos» que nunca existieron, invenciones que solamente habitan las mentes calentaurientas de tanto rojo resentido.
Ver:
– «Los reclutados para trabajos forzados tras la Guerra Civil podrán exigir compensaciones«
– «Las fosas del franquismo«, por Ildefonso Olmedo
– «Los esclavos del franquismo. Miles de presos políticos fueron arrendados a empresas privadas hasta 1970.«, por Josep Maria Sòria
– «El Canal de los Presos«
– «Los Campos de Concentración franquistas«, colección de artículos.
–(*) Por aquello de que leyendo a Moa, con Franco parece que todo era de color rosa–