Juan Antonio Aguilera Mochón: «El error constitucional», [«La Insignia»:http://www.lainsignia.org/2005/noviembre/ibe_026.htm]
«A raíz del nacimiento de Leonor de Borbón se oye hablar, por todas partes, de la necesidad de reformar la Constitución para equiparar los derechos sucesorios de la mujer a los del hombre; aunque la discusión no es acerca de si se debe realizar la reforma, sino con qué urgencia hacerla. Lo extraño es que se nos diga que en 1978 se coló tamaño error en la Constitución, tan de bulto que ahora lo ve hasta el más necio, porque entonces no había tanta conciencia sobre estas cosas de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y porque lo de la sucesión al trono era un asunto secundario… Produce indignación y vergüenza ajena oírlo de Peces-Barba y otros padres de la patria. ¡La igualdad de derechos estaba clarísima, especialmente para aquellos prohombres —aunque no hubiera entre ellos ninguna madre de la patria y promujer—, y los asuntos de la Corona se ajustaban con exquisito cuidado! Deberían pensar en otra exculpación que no nos tome por memos.
Lo cierto es que entonces no hubo este clamor general. Precisamente lo que la actual participación ciudadana y mediática en esta cuestión pone en evidencia es la casi nula discusión pública que en 1978 hubo sobre el contenido de la Constitución. Por ejemplo, ya que estamos con la Corona, no tuvimos nunca opción de debatir ni de asistir a debates serios, no ya sobre los detalles de la sucesión al trono, sino sobre si la propia Corona era útil, legítima y democrática. Ahora que caigo en la cuenta, ¡estos debates (y la correspondiente consulta popular) están aún pendientes!
Pero, amigos, esta es la verdad oficial: la Santa Transición, la Constitución y la instauración de la Monarquía fueron el resultado de un modélico ejercicio democrático.»
Hola, os envío esta información por si fuera de vustro interés. Saludos.
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La lucha frente a «la verdad oficial»
Nota de prensa:
Javier Ventas ilustra en su primera novela la lucha «frente a la
verdad oficial»
Carmelo Fernández: «Sólo la palabra es capaz de transformar un mundo
totalitario»
Oviedo, P. Á.
«Reivindico en mi novela el derecho de las personas a tener su verdad
frente a la verdad oficial, cuando ésta se expresa como la única».
Así de rotundo se mostró Javier Ventas en la presentación de
«¡Agua!», su primera novela, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA
ESPAÑA.
El libro ambienta su trama de ficción en el año 2050. De los varios
personajes que discurren por sus páginas, «el más importante es la
palabra», a juicio del también escritor Carmelo Fernández Alcalde,
quien precisó que la palabra es «la única arma capaz de enfrentarse
con garantías de éxito a la dictadura que se ha establecido en el
mundo que nos describe Javier en su libro».
De este modo, tanto el autor de «¡Agua!» como su glosador
-secretario de la Asociación de Escritores de Asturias y autor de «El
policía García», entre otras obras-, convirtieron el acto, celebrado
anteayer, en una suerte de conspiración contra «el pensamiento
único». Un concepto que Fernández Alcalde definió como «una
dictadura política, apoyada en intereses económicos» cuya eficacia
radica en que «se basa en la creación de una cultura oficial, en la
imposición de unas creencias, en la manipulación de la verdad,
difundida, además, por el control que se ejerce sobre los medios de
comunicación». Esa «verdad al servicio del poder, al servicio de los
intereses de la clase dominante», sólo puede ser derrotada con un
arma, a juicio de Carmelo Fernández Alcalde. Y esa arma es la palabra,
«capaz de cambiar esa sociedad, de transformar ese mundo totalitario y
despersonalizado».
«¡Agua!» aborda esa batalla contra las verdades oficiales, contra el
mundo masificado en el que el pensamiento del individuo queda sepultado
bajo el peso asfixiante de la tecnoestructura. Y lo hace recurriendo a
una alegoría: el empleo
obligatorio de unas gafas negras.
Frente a esta perspectiva estrecha y monocolor, Javier Ventas aboga en
su novela por una revalorización de la «verdad
subjetiva», a la cual considera «muy respetable» siempre que su
poseedor cumpla una condición: «Ser fiel a su verdad,
sincero consigo mismo». Dicho de otro modo, siempre que el sujeto no
incurra en la mentira, traducida en «la traición a
la verdad propia» que se verifica «cuando a lo blanco lo llama negro
porque le conviene».
En el acto intervino también Joan Gonper, responsable de Celya
-editora del libro-, quien subrayó que «¡Agua!» es «un
libro con futuro». Asimismo, Gonper elogió el «lenguaje
adolescente» de esta primera obra de Javier Ventas.
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«¡Agua!» es una novela futurista que nos ofrece la posibilidad de realizar un viaje en el tiempo, asomarnos a un planeta seriamente golpeado por los efectos del cambio climático, observar a una sociedad que, frente a la verdad oficial, busca reestructurar positivamente su vida y su visión del mundo y, en consecuencia, su lenguaje.
Si te interesa puedes adquirirla en esta dirección:
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La constitución, se contradice con los derechos monárquicos, no es justa la monarquía por que con ella, no todos nacemos iguales,la república concede a cualquier «hijo de madre» llegar a lo más alto en el gobierno de un país.