Escucho en la radio que el obispo de Cartagena dice que Zapatero es como [«Frankenstein»:http://es.wikipedia.org/wiki/Frankenstein_%28novela%29]. No es que Zapatero se dedique a intentar resucitar al Papa Carolo en su tiempo libre –ayudado por Pepiño y Zerolo como ayudante-sepultureros–, no, resulta que la analogía es lo más parecido que conoce el señor obispo a la sátira fina. Su oposición a la nueva ley de investigación biomédica y a la ley de reproducción asistida le ha llevado a decir esta idiotez supina en plan metafórico barriobajero.
Deduzco que los investigadores en ciencias biomédicas, médicos y biólogos, además de vivir en la más precaria de las situaciones laborales, somos como Igor, [«el ayudante jorobado del doctor Frankenstein»:http://en.wikipedia.org/wiki/Young_Frankenstein]. Cada vez que pongamos unas «[«células en cultivo»:http://en.wikipedia.org/wiki/Cell_cultures]» soltaremos una siniestra carcajada y provocaremos mentalmente (y diabólicamente) la acumulación suficiente de nubes para que se oiga un trueno lejano, o quizás un relincho equino.
¡Vaya par de aldabas!
La Iglesia sigue aprovechándose de la superstición cual si nos hubiésemos detenido en la Edad Media. Es un insulto que se critique el fanatismo islámico en una sociedad en la que la Santa Inquisición se ha convertido en la santa verdad, la santa opinión y la santa procesión de autobuses hacia Madrid para , con la falta de argumentos, agredir avances por los cuales muchos investigadores y asociaciones luchan. La Iglesia, que condena el suicidio, está cometiendo uno colectivo.
Enhorabuena por la página.