Dice el diccionario de la Real Academia que el “decoro” es el honor, respeto, reverencia que se debe a una persona por su nacimiento o dignidad, siendo además sinónimo de circunspección, gravedad, pureza, honestidad, recato, honra, pundonor y estimación. Se usa comúnmente en la frase “guardar el decoro”, significando “comportarse con arreglo a la propia condición social”.
Suena a rancio el decoro. Como el “pudor”, huele mal el decoro. Hiede. Trae fragancias del pasado, a colegios de niños y colegios de niñas, a bragas hasta la cintura, a bañadores de cuerpo entero desde los dos años, a miradas furtivas, a deseos ocultos.
Decoro y respeto es lo que piden los iniciadores de la iniciativa «Playas Familiares«. Al parecer, que todas las playas de España sean de dominio público y que dentro de la legalidad cada cual pueda hacer en ellas lo que le dé la gana no basta, hay que reglamentar su uso, a saber, hay que achicharrarse según las normas del decoro y habilitar los huecos para “uso familiar” (vaya usted a saber a qué clase de ritos se refieren). Supongo que sólo quedará un diez por ciento para uso comercial (chiringuitos con música adecuada para oídos familiares, pero sin inmigrantes vendiendo bebidas que son desagradables) y religioso (una capillita por playa no estaría mal, ya puestos).
Invocan la “protección de la infancia” y piden un “ambiente apto para las familias”, nada de nudismo, nada de “destape”, todos bien vestiditos que hace mucho frío en la playa. Las “guiris” haciendo top-less y las competiciones de consumo de sangría ya pueden buscarse otros países, España vuelve a la ortodoxia.
y en estas supuestas playas familiares… se aceptaran todo tipo de familias, y me refiero a TODO TIPO DE FAMILIAS?
‘… Amo a Lauuraaaa… lalalaaa’
Que quieres que te diga… yo prefiero a una alemana tomando el sol pacificamente enseñando lo que quiera enseñar, a una familia con niños gritones, cuñados vociferantes, primos jugando a las palas a dos metros de ti y una patulea de «señoras» criticando a voz en grito a esa alemana a la vez que me cuentan su vida y la de la vecina del segundo, mientras sus niños se entretienen en quitarle los cacharritos a mis niñas. Prefiero las playas nudistas y educadas a las tradicionales, populosas e inaguantables.
Amén Luis … solo que mientras los papás de los niños les sigan educando en la creencia de que el cuerpo es pecado (por qué si no taparlo) será imposible el respeto … seguiremos rodeados de bañistas tapados hasta los ojos y con mentes sucias.
Como alguien me dijo una vez … «TODO EL CUERPO ES CARA» … y, que yo sepa, nadie se tapa la cara con un tanga.
En Afganistan las mujeres si…
¡Coñe Junjan! pero no con un tanga …
hola soy milagros soy de peru
¡¿¿¡¡¡¡????????
Es muy raro esto. ¿Aboga la escritora del texto contra el decoro? ¿Cómo puede sonar «rancio» lo que da vida? Y sobre todo sentido de vida. Claro que cuando uno sigue leyendo, descubre que, como muchas otras veces, sucede que quien escribe está entrampada en la evolución de su cultura. Y de hecho, no puede ser de otra manera. «Cada quien habla de la feria como le fue». En España, parece que esas nociones de decoro y honor y otras como respeto, decencia, hay que atarlas a cosas prácticas o «reales» o peor aún, legales, para que tengan vigencia. La verdad, es como quien dice que el caviar no le hace gracia: No lo coma señor, porque es evidente que no lo merece. En el caso del decoro, es evidente que quien escribió el texto lo ve desde su deformación, pero es que además, veo difícil que lo pueda ver de otra manera. Así sucede con muchos otros conceptos, leemos «pudor», y muchos no pueden ver la verdadera idea, la realidad detrás de eso; solo piensan en «falso pudor», quizá porque verdaderamente no conocen otra cosa. Lamentable.