«El sueño del Príncipe» (El País Semanal – Diario Nacional-Monárquico)
«Lo mismo piensa la Princesa, que un día se definió como asturiana, ovetense, monárquica y principista. Doña Letizia temía el momento de enfrentarse a los premios. Un acto que conoce desde niña y siempre la emocionó. Hasta el extremo de saltársele las lágrimas ante los gemidos de las gaitas asturianas mientras transmitía por televisión la edición de 2002. Sabía que en Oviedo podía derrumbarse. Lloró mucho en las vísperas del 22 de octubre de 2004. Y esa tarde, en el teatro Campoamor, aguantó con la cabeza baja y los puños crispados, un nudo en el estómago y la garganta reseca, el emotivo discurso del Príncipe. Si empezaba a llorar, ya no podría parar. Don Felipe estuvo tentado de detener su discurso, pero prefirió seguir adelante. Concluyó con estas palabras, en las que comparaba la fundación con un árbol, “que a partir de ahora contará también con el cuidado y la ayuda entregada de mi esposa, Leticia, la princesa de Asturias”. Después vendrían muchas lágrimas. Pero en privado.»
Y los ángeles rodeando a la sagrada pareja entonaron una canción que los cien mil gaiteros de la guardia real acompañaron entre gozo infinito…. ¡Ay mi estómago!
Y ese es el periódico de los progresista y gente de izquierda, juas.