El histórico abandono de la ciencia en España había remitido en los últimos quince años. El establecimiento de nuevos centros de investigación, los aumentos presupuestarios, la creación de algunas figuras contractuales como el programa «Ramón y Cajal» y derivados, todo ello permitió un nuevo florecimiento científico y el retorno de muchos investigadores desde el extranjero. Parecía que todo empezaba a cambiar poco a poco, lentamente si, con un diseño que fallaba en muchos casos, con la eterna lucha contra la endogamia y el apoltronamiento, pero había esperanza.
Sin embargo, quedaba por pasar «la prueba de fuego». Demostrar que todo esto era un plan de futuro real, que por fin la clase política española se había percatado de que la ciencia y la innovación eran imprescindibles, que no todo lo podían «inventar ellos», en definitiva, demostrar que no era un efecto secundario de una época de vacas gordas. Nos quedaba pasar una crisis.
La ocasión se ha presentado y el resultado es tristemente el esperable. Se reducen los presupuestos de I+D+i, además con subterfugios, maquillando la reducción escandalosa de la investigación básica con una subida de créditos a empresas.
«No al recorte en I+D»:http://aldea-irreductible.blogspot.com/2009/10/la-ciencia-en-espana-no-necesita.html