No deja de sorprenderme, a pesar de que ocurra desde hace tanto tiempo, que el máximo representante de nuestro país se vaya a una iglesia y le dirija un discurso a un ser mítico, en serio y todo.
Independientemente de lo que se diga o pida en en el discurso, pierde todo su valor al dirigirse a un ser inexistente que solo aparece en novelas escritas por antiguos fanáticos religiosos. Voy a más, aunque hubiera existido tal persona hace 2000 años, tampoco tendría ningún sentido el discurso dirigido «al fantasma», en cualquier caso es un ejercicio de locura colectiva imperdonable en un país supuestamente «ilustrado».
Aún más, los periódicos refieren al hecho con total normalidad, como si que un jefe de estado se vaya a lanzar discursos a seres imaginarios no fuera sorprendente. A jefes de estado que hicieran similares actos en países de otras religiones se les denominaría «integristas» o quizás «bárbaros» o «atrasados», incluso «medievales», pero que el nuestro lo haga no merece ninguna opinión. Se lee uno el periódico y parece la lectura de un edicto medieval, sólo faltan las trompetas y los tambores: «nuestro amado monarca ha hablado con el apóstol, y el apóstol nos ayudará contra los infieles y las plagas del cereal…».
Que comedura de tarro…
Ver:
¬ [«El Rey pide al Apóstol Santiago ayuda para resolver cuanto antes la grave crisis»:http://www.elpais.com/articulo/espana/Rey/pide/Apostol/Santiago/ayuda/resolver/grave/crisis/elpepuesp/20100725elpepunac_1/Tes]
¬ [«Señor Santiago, asegura la solidaridad entre nuestras comunidades autónomas»:http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/25/galicia/1280049754.html]