Descalzos

Durante millones de años de evolución, desde los bosques a las sabanas y llanuras, la anatomía del ser humano se ha adaptado a correr grandes distancias. A diferencia de otras líneas evolutivas que se concentraron en potenciar la velocidad y la fuerza, el ser humano se ha adaptado a la resistencia. Ningún otro primate está capacitado para la carrera de resistencia, nuestros primos los chimpancés son rápidos “sprinters” pero raramente corren distancias largas.
Los animales cuadrúpedos son grandiosos “sprinters” (galopando), pero “sorprendentemente” en distancias largas (al trote o medio galope), los cuadrúpedos especializados como perros o caballos no adquieren velocidades muy diferentes a las que obtenemos los seres humanos. Además el ser humano puede soportar altas temperaturas, lo que nos ha permitido ser excelentes cazadores por agotamiento:

Claro está que esta capacidad es anterior a la invención del calzado moderno, ergo, los seres humanos corrían descalzos o con un calzado muy fino. Los pies están adaptados a la carrera continuada, apoyando la parte anterior y media del pie en cada zancada. Por lo tanto, y en contra de las “creencias” populares, estamos adaptados a correr descalzos o casi descalzos sin necesidad de grandes amortiguaciones que permitan aterrizar con el talón. En esta linea, recientes estudios han demostrado que correr apoyando el talón produce un gran impacto comparado con correr apoyando la parte media del pie, lo que puede ser la causa de la gran cantidad de lesiones que padecen los corredores “modernos”.

¿A dónde quiero a parar? Pues a que recientemente he vuelto a correr (bueno, para decir toda la verdad por ahora estoy todavía en lo que podríamos denominar “trote cochinero estricto”), pero tras leerme estos trabajos y extensiva literatura sobre el tema, verme todos los videos sobre el tema en Youtube, y leerme decenas de foros, decidí cambiar a una forma más natural de correr, utilizando calzado minimalista, concretamente unos «Vibram Five Fingers» y aprendiendo a apoyar la parte media del pie. Resultados por ahora: puedo correr sin morirme en el intento, desaparecieron los dolores de rodilla y de espalda (aunque he tenido agujetas en músculos desconocidos del pie al principio, pero transitorio) y las sensaciones son maravillosas. Seguiremos informando.

Nada nuevo por cierto:

Ver:

Leer:
¬ «Endurance running and the evolution of Homo«. Bramble & Lieberman. (2004) Nature (PDF)
¬ «Foot strike patterns and collision forces in habitually barefoot versus shod runners»:. Lieberman et al. (2010) Nature
¬ «Running Barefoot, Forefoot Striking & Training Tips»