He estudiado Filosofía
noche tras noche,
ávido y aplicado una luz he buscado;
y también medicina y leyes
que fueron una lata generalmente,
y no consiguieron sino cerrar mi mente.
Por ello volví a la teología,
pero esto ¡Dios mío! era una blasfemia.
Y ahora aquí
estoy un pobre pelmazo insensato,
sin más saber
de lo que sabía ayer.
Me llaman maestro
e incluso doctor,
pero al enseñar a mis estudiantes
nada hago en su favor.
He deseado encontrar
los grandes poderes que al mundo
unen en su conjunto
ahora veo que estamos ciegos
y veo que el verdadero conocer
no se puede alcanzar
y así, roto, mi corazón
se sume en la aflicción.
[_Fausto_], de **Wolfgang Goethe**