El Observatorio Sociolaboral de la «[«Fundación Sindical de Estudios»:http://www.fundacionsindicaldeestudios.org/]» (CCOO) ha publicado un documento titulado **»Iglesia católica y estado laico».** Me han interesado sus «Propuestas coherentes con un estado no confesional»:
**Propuestas coherentes con un estado no confesional**
¬ Es necesario revisar los Acuerdos de 1979 del Gobierno Español con la Santa Sede, que son pre-constitucionales y, en varios temas, pudieran ser incluso inconstitucionales, al no respetar principios constitucionales como el de la igualdad, no discriminación, etc.
¬ Debe revisarse la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, de 1980, que responde a una situación que ha sufrido importantes cambios, sobre todo por la presencia de nuevas religiones y movimientos espirituales, y por el carácter privilegiado de las religiones consideradas «de notorio arraigo», que viene a discriminar al resto.
¬ Hay que suprimir la enseñanza de la religión confesional de las escuelas, ya que el lugar de la enseñanza confesional de la religión son las instituciones con que cuenta cada religión para transmitir sus enseñanzas. Mientras tanto, y en respeto a los acuerdos de 1979 y de 1992, el modelo de religión no evaluable resulta escrupulosamente constitucional.
¬ Debe procederse a eliminar toda subvención del Estado a las religiones para fines y tareas específicamente religiosas. El objetivo a corto plazo es la autofinanciación de las religiones como muestra de autonomía y de madurez institucional.
¬ En materia de impuestos, las exenciones deben ser las mismas que las que afectan a otras organizaciones similares, como ONG’s.
¬ El Estado debe mantener una neutralidad escrupulosa en relación con las religiones, respetando la libertad religiosa, sin discriminación o trato privilegiado hacia ninguna religión, y facilitando el desarrollo de dicha libertad, sin otro límite que el respeto al Estado democrático.
¬ Es necesario educar a la ciudadanía en una ética cívica. A esa ética es a la que hemos de atenernos en el plano social, político, económico todos los ciudadanos y por ella ha de regirse los distintos poderes del Estado a la hora de ejercer sin funciones: el legislativo, en la elaboración de las leyes; el ejecutivo, en la gobernación; el judicial en la práctica de la justicia. Ella es la única válida. Las éticas religiosas no pueden imponerse a toda la ciudadanía. Su validez y práctica se sitúan dentro de cada religión. Su práctica es cuestión de los miembros de cada religión. En el conflicto entre la ética laica y las éticas religiosas, ha de predominar la primera, que es la universal.
Mientras no se adopten estas medidas, seguiremos en un Estado de confesionalidad indirecta, de religión tutelada o protegida, pero no laico. Creo que nos encontramos en un momento privilegiado para construir entre todos un estado laico. A esa tarea están llamadas también las religiones, y muy especialmente la Iglesia católica.
¬ Es necesario revisar los Acuerdos de 1979 del Gobierno Español con la Santa Sede, que son pre-constitucionales y, en varios temas, pudieran ser incluso inconstitucionales, al no respetar principios constitucionales como el de la igualdad, no discriminación, etc.
¬ Debe revisarse la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, de 1980, que responde a una situación que ha sufrido importantes cambios, sobre todo por la presencia de nuevas religiones y movimientos espirituales, y por el carácter privilegiado de las religiones consideradas «de notorio arraigo», que viene a discriminar al resto.
¬ Hay que suprimir la enseñanza de la religión confesional de las escuelas, ya que el lugar de la enseñanza confesional de la religión son las instituciones con que cuenta cada religión para transmitir sus enseñanzas. Mientras tanto, y en respeto a los acuerdos de 1979 y de 1992, el modelo de religión no evaluable resulta escrupulosamente constitucional.
¬ Debe procederse a eliminar toda subvención del Estado a las religiones para fines y tareas específicamente religiosas. El objetivo a corto plazo es la autofinanciación de las religiones como muestra de autonomía y de madurez institucional.
¬ En materia de impuestos, las exenciones deben ser las mismas que las que afectan a otras organizaciones similares, como ONG’s.
¬ El Estado debe mantener una neutralidad escrupulosa en relación con las religiones, respetando la libertad religiosa, sin discriminación o trato privilegiado hacia ninguna religión, y facilitando el desarrollo de dicha libertad, sin otro límite que el respeto al Estado democrático.
¬ Es necesario educar a la ciudadanía en una ética cívica. A esa ética es a la que hemos de atenernos en el plano social, político, económico todos los ciudadanos y por ella ha de regirse los distintos poderes del Estado a la hora de ejercer sin funciones: el legislativo, en la elaboración de las leyes; el ejecutivo, en la gobernación; el judicial en la práctica de la justicia. Ella es la única válida. Las éticas religiosas no pueden imponerse a toda la ciudadanía. Su validez y práctica se sitúan dentro de cada religión. Su práctica es cuestión de los miembros de cada religión. En el conflicto entre la ética laica y las éticas religiosas, ha de predominar la primera, que es la universal.
Mientras no se adopten estas medidas, seguiremos en un Estado de confesionalidad indirecta, de religión tutelada o protegida, pero no laico. Creo que nos encontramos en un momento privilegiado para construir entre todos un estado laico. A esa tarea están llamadas también las religiones, y muy especialmente la Iglesia católica.
Sin embargo, mucho me temo, que se va a volver a dejar pasar la oportunidad de revisar todos esos asuntos.