«[«La vieja Castilla calla hasta que levanta su voz»:http://www.elmundo.es/elmundo/2005/07/19/sociedad/1121770559.html]» por José Luis G. Lafuente, natural del Alto Tajo. (El Mundo)
En cuanto a la rapidez en la llegada de los equipos contra incendios y su adecuación, la distancia, mejor dicho, la opinión objetiva de amigos, me obliga a conceder el beneficio de la duda. Pero ¿cómo medimos su rapidez y adecuación? ¿Cómo se establece el número de dotaciones y la calidad de éstas? ¿Quizás se haga en función del número de habitantes o del PIB? ¿O quizás por el número de hectáreas de arbolado a cubrir y la facilidad de acceso?
Los hechos revelan que estas últimas por lo menos no son las variables usadas en al planificar las dotaciones contra incendios en esta comarca, aún a pesar que parecen las más lógicas. Además, y perdonen mi subjetividad apoyada por el número de opiniones de mis convecinos al respecto, da la sensación que ni fueron lo suficientemente rápidas ni abundantes.
Pero quizás, aún es más grave la falta de adaptación a las circunstancias. Será la burocracia poco entendida por gentes sencillas de pueblos de poco más de 100 habitantes. Quizás la escasa experiencia en fuegos y el superfluo conocimiento del terreno y de los vientos de los naturales de la zona, hacen que su percepción sobre la gravedad del conato sea incorrecta.
¿Pero cómo es posible que se necesiten más de 24 horas para confirmar su gravedad y movilizar dotaciones en provincias anexas, incluso al Ejército localizado en Madrid, ciudad que se encuentra tan lejos que necesitas unas 2 horas para llegar al lugar del incendio? ¡Mi gente será incapaz de comprender que para llevar a Guadalajara al Ejército o cualquier otra dotación de ayuda, es necesario más tiempo que para movilizarlos a otra parte del mundo!