La actitud del gobierno español en su actual «guerra contra la inmigración ilegal» está teniendo las previsibles consecuencias.
Una ([«CadenaSer»:http://www.cadenaser.com/articuloGoogle.html?d_date=20051006&xref=20051006csrcsrsoc_3&type=Tes&anchor=])
‘SOS Inmigración’ denuncia que Marruecos está cometiendo «un genocidio» con los inmigrantes.
El coordinador general de ‘SOS Inmigración’, Diego Lorente, ha asegurado en los micrófonos de la Cadena SER que el Gobierno de Marruecos está trasladando a centenares de inmigrantes subsaharianos al desierto del Sáhara, “donde son abandonados a su suerte”.
Según Lorente estamos hablando de al menos mil inmigrantes que están siendo deportados, “sin abogado, ni traductores”, a la frontera con Argelia y Mauritania, en mitad del desierto, y donde “mueren cuatro de cada diez personas”.
Esta ONG denuncia que los subsaharianos son previamente maltratados por la policía marroquí, y “mueren en los autobuses en los que son trasladado”. ‘SOS Inmigración’ habla de “violaciones de niños y mujeres probadas”, de las que han recogido los testimonios de varias víctimas.
Diego Lorente, quien ha sido entrevistado en el informativo ‘Hora 14’ ha acusado al Gobierno español y a la Unión Europea de “corresponsables de estas violaciones de Derechos Humanos” que según él se están produciendo en Marruecos. “Lo que no puede ser es que se de actividad a un acuerdo –el protocolo de repatriación de 1992- sin exigir un seguimiento de lo que está ocurriendo” con los repatriados.
Dos ([«El País»:http://www.elpais.es/articulo/elpporesp/20051006elpepunac_1/Tes])
Marruecos confirma la muerte de seis inmigrantes en el último salto masivo a la valla de Melilla .
Dada la fuerza inusitada de los inmigrantes, que estaban poseídos por la fuerza de la desesperación, la policía [marroquí] ha defendido legítimamente sus puestos de vigilancia frente a la alambrada y seis inmigrantes clandestinos han encontrado la muerte», ha señalado el Ministerio del Interior marroquí a AFP. La misma fuente ha precisado que algunos de los inmigrantes subsaharianos han muerto «por disparos de bala» y otros «aplastados» por sus propios camaradas, al tiempo que ha informado de que otros 30 clandestinos han resultado heridos.
Y es que no se puede dar una de cal y otra de arena en un tema que atañe a millares de personas inocentes que sólo quieren sobrevivir y no morir al pie de una valla o en medio de un desierto que ya tuvieron que cruzar. No se puede dejar en manos del gobierno de Marruecos la solución del problema y pensar que no lo van a remediar a palos. No se pueden dar lecciones de humanidad y buenas maneras en la ONU, y luego dedicarse a construir «vallas con alambre de espino» en vez de «centros de atención».
La verdad es que deberían tomarse las medidas para que las repatriaciones se llevaran a cabo sin que haya riesgo de los abusos que denucia esta ONG, pero tampoco se pueden construir centros de atención en Ceuta y Melilla para todos los inmigrantes que decidan venir a nuestro país, sería una avalancha humana, y ningún ´país está preparado para recibir a miles de personas de golpe, que no vienen con un trabajo, sino que vienen a buscarse la vida, y si permitieramos eso la situación empeoraría. Hay que mejorar la valla de Marruecos y desincentivar los intentos de cruzarla.
La pobreza que lleva a estas personas a querer venir a nuestro país no la vamos a solucionar permitiendo que unos cuantos de ellos pasen nuestra frontera, sino ayudando a sus países de orígen a desarrollarse.
Marruecos está haciendo lo que le piden, sólo que a su manera. ¿De qué se quejan luego? Pura hipocresía.
El problema no es marroquí sino europeo. Es Europa, y en primer lugar España, quien debería aportar soluciones razonables, que en ningún caso pasan por reprimir con guardias civiles y menos aún con el Ejército a gentes que a lo único que aspiran es a una
vida digna de un ser humano.
Marruecos está haciendo lo que le piden, sólo que a su manera. ¿De qué se quejan luego? Pura hipocresía.
El problema no es marroquí sino europeo. Es Europa, y en primer lugar España, quien debería aportar soluciones razonables, que en ningún caso pasan por reprimir con guardias civiles y menos aún con el Ejército a gentes que a lo único que aspiran es a una
vida digna de un ser humano.