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Primera ley de Celine

Primera ley de Celine: «La búsqueda de la seguridad nacional es la principal causa de la inseguridad nacional y un potente mecanismo de anti-inteligencia».

Para conseguir la denominada “seguridad nacional” el estado debe crear una policía secreta que, a su vez, debe ser vigilada por un cuerpo de élite o policía secreta de segundo orden. Esto es así porque: (a) los grupos “subversivos” internos y los poderes hostiles externos usan a la policía secreta como medio principal de infiltración, y (b) porque la policía secreta desarrolla una capacidad excepcional para chantajear e intimidar a otros, ya sea dentro o fuera del gobierno. Este peligro hizo que Stalin ejecutase uno tras otro a tres jefes de la policía secreta.
Por tanto, quienes crearon la policía secreta deberán vigilarla para asegurarse de que no adquiera demasiado poder. Una siniestra regresión infinita entra en juego. La policía secreta de segundo orden corre a su vez el mismo riesgo de adquirir demasiado poder o ser un blanco de infiltraciones y, por tanto, debe ser vigilada por una policía secreta de tercer orden. Esto puede repetirse Ad nauseam.
Obviamente, en la práctica, esto no puede tender al infinito sino sólo hasta el punto en el que todos los ciudadanos se espíen unos a otros o bien hasta que el presupuesto se acabe. En el intervalo restante entre el ideal de “escuchas telefónicas y análisis de orina para todos”, y la situación real de presupuesto y recursos limitados, hay espacio suficiente para que florezcan todo tipo de paranoias tanto entre los ciudadanos como entre la policía.

«Prometheus Rising» por Robert Anton Wilson.
–Traducción libre del original–
Tal y como anda el mundo de paranoico, con los 50 ml de líquidos y el registro de las botas antes de subirse al avión, los neoliberales diciendo que los indignados del 15M están adiestrados por ETA, creo que la primera «ley de Celine» está en plena actualidad.
Ver:
¬ Hagbard Celine: «Nunca silbes mientras meas» (Celine’s laws)
¬ «The Illuminatus! Trilogy«

1 comentario en «Primera ley de Celine»

  1. A pesar de lo que alguna historia de ciencia ficcion proponga, el sentimiento mas poderoso no es el amor, es el miedo. Por ello a quien te ofrezca seguridad y cobijo tu le aceptas y ayudas, incluso comprometiendo tu propia libertad y tus derechos. Eso es asi. Y punto.

    Aun asi, debemos tener el criterio suficiente y las fuentes de informacion fidedignas para discernir cuando ese miedo es real y cuando es un montaje. Por ello la labor de educadores formando a las personas y de periodistas criticos exigiendo veracidad son las bases de una sociedad. Y ahi es donde nos pillan. Nos aborregan en la cuna y nos idiotizan durante el resto de la vida. Contra eso hay que luchar.

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