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Prime time

Las discusiones escolástico eclesiásticas llegan a la televisión. Si la Iglesia y la Conferencia episcopal no tenían suficiente propaganda por si mismas y por sus medios afines, la televisión pública le dedica el «prime time» para que curas de distinto signo se dediquen a discutir sobre si Jesús dijo o dejó de decir acerca del sexo hetero u homosexual. (No quiero dejar de recordar que son individuos que hablan de lo que dijo un fanático religioso, probablemente inventado por otros fanáticos religiosos, hace dos mil años.)
Se discuten leyes democráticamente aprobadas por nuestro parlamento como si fueran pequeñeces que la iglesia y sus medios asociados pueden mirar por encima del hombro y darle su visto bueno.
Se invoca la «objeción de conciencia». Me parece estupendo, siempre que no se escandalicen cuando otros ayuntamientos empiecen a objetar otro tipo de leyes, se me pasan por la cabeza cuestiones idiomáticas, culturales, problemas de banderas, impuestos, regulaciones urbanísticas y un largísimo etcétera que pueden resultar obscenos y objetables a otros alcaldes, concejales y diputados. No se por qué me parece que no les iba a gustar. No deja de ser irónico que tras años persiguiendo a los objetores e insumisos ahora le den la vuelta a la tortilla y los pongan como ejemplo. Ironías de la política.
Invocan al «orden natural». Miedo me dan. Entreveo el determinismo racista que no hace tanto defendían a capa y espada. Se habla de la semántica de la palabra matrimonio. De su asociación «tradicional» e «histórica» con valores de fecundidad y procreación. ¿Pero de qué aldea han salido? Me parece que estoy oyendo conversaciones con siglos de antigüedad. ¿Quién asocia hoy todo eso con casarse? Será en su barrio, o lo que se piensa en el seminario o en las reuniones de convivencia de los soldados de Jesús, porque en el mío, la gente, si se casa, es a posteriori. El matrimonio, hoy por hoy, no es un principio sino una consecuencia (cada vez más escasa).

11 comentarios en «Prime time»

  1. Considero que la objeción de conciencia se debería aplicar ante acciones que atenten contra la vida de los demás.¿Me puede explicar alguien a quién daño si decido casarme con mi novia?Ofrecer la objeción ante la posibilidad de no casar a homosexuales daría pie a los funcionarios a negarse por «valores»morales a hacer otras muchas cosas.Dejemos que la gente se quiera como deseee,si de quererse se trata,y cuidado con el fin del mundo que nos trae la guerra,el hambre y los malos tratos,ese sí me preocupa.¿A la iglesia no?

  2. Pues me parece muy mal que s ele dé tanta importancia a la opinión de una institución que no tiene nada que ver con las normas democráticas de nuestro país. Si el Vaticano quiere tocar las narices, ellos verán, pero darles un espacio para hacerlo me parece excesivo, sobre todo teniendo en cuenta que de lo que se habla es de una ley aprobada por los representantes de los ciudadanos de este país.
    Un saludo!

  3. Me gustan los tolerantes como vosotros!!!
    Yo no estoy de acuerdo con cómo plantea la Iglesia esta cuestión.Pero me parece bien que den su opinión, aunque luego decida quien tiene que decidir.
    Poner fanáticos a medir el fanatismo de otros desemboca en decir las tonterías que escribís, esosñi, con todo el derecho del mundo, aunque sean mentiras.

  4. Más de lo mismo, la Iglesia emperrada a hacer la vida imposible a la gente. El Partido Popular con su patética retórica sobre lo inadecuado de utilizar el término «matrimonio» cree que puede engañar a las personas. A la derecha no le gustan los homosexuales y en varias ocasiones su presidente, Rajoy, ha manifestado que sus derechos pueden esperar, que no es una reforma que corra prisa. La Iglesia y la derecha, dos pilares homófobos y anacrónicos.
    Saludos a todos!

  5. Pues si los jueces y los alcaldes quieren objetar, que les pongan una prestación social substitutoria, como cuidar niños en horfanatos, esos que podrían haber sido adoptados y nunca lo fueron, o atender a indigentes y marginados, que no encontraron eco a sus problemas en la sociedad… y si se declaran insumisos, multa y a la cárcel! Apuesto a que si se pone a prueba su conciencia, se van a querer cambiar de acera.

  6. O sea, vivo en una sociedad «laica» …
    o sea, no soy católica …
    o sea, que la opinión de la iglesia vaticana es la única veraz …
    o sea, que si opino diferente soy «intolerante» «mentecátoda» y además miento …
    o sea, que no soy libre de enamorarme de quién me dé la gana …
    o sea, o sea …
    ¡cuanto imbecil hay suelto!

  7. Y en paises verdaderamente civilizados, como Suecia, Noruega y esos… de que van las páginas web? los forossss? los blogs?
    Un día más me veo obligado a pedir ke me excomulguen; pero además hoy me declaro apátrida.
    Un porcierto: En mi ciudad (Zaragoza) hay mucha gente de esta ke es muy catolica y muy recta (y del PP); tienen dineros, viven en el centro, gastan mucho. Pero miran poco a los ojos, hablan bajito y se dicen cosas al oído, tienen muy mala educación, sonríen poco, tienen muy poca clase, compran el «ABC» y «LA RAZÓN», no están nunca en las bibliotecas públicas…. no se no se, son muy raros

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